Por Adela Mac Swiney

Madrid, España.- El Museo Chillida-Leku, el gran espacio de jardines y bosques y un caserío remodelado, donde el escultor vasco Eduardo Chillida Juantegui distribuyó una gran muestra de su obra, acoge la exposición “Universo Maeght”, que propone un diálogo entre éste

y algunos de los artistas con los que trabajó el histórico marchante Aimé Maeght junto a su esposa Marguerite.

El museo del escultor, situado en las inmediaciones de Hernani, provincia de Guipúzcoa, norte español, acoge destacadas piezas de artistas como Georges Braque, Alexander Calder, Alberto Giacometti, Pablo Palazuelo, Julio González, Jean Arp, Barbara Hepworth, Antoni Tàpies, Joan Miró o Marc Chagall.

Organizada en colaboración con la Fondation Marguerite y Aimé Maeght y la Fundación Eduardo Chillida – Pilar Belzunce, la muestra constituye uno de los primeros hitos de la programación que conmemora el centenario del nacimiento de Eduardo Chillida. “Universo Maeght permitirá que Eduardo Chillida celebre su cumpleaños, el próximo 10 de enero de 2024, rodeado de sus amigos en Chillida Leku”, destacó Mireia Massagué, directora del museo.

Las esculturas que forman parte de “Universo Maeght”, la primera colectiva de envergadura internacional que se celebra en Chillida Leku, proceden de la Fundación Maeght, cuya colección de esculturas es una de las más importantes en el ámbito internacional.

“Mi familia está encantada, con motivo del centenario de su nacimiento, de volver a rodear a Eduardo [Chillida] con las obras de los artistas con los que pudo trabajar cuando vino a Saint-Paul de Vence, en Francia, con su familia. La amistad entre mis abuelos y mis padres y este gran artista y su esposa Pili perdura en mi generación. Los considero parte integrante de mi familia. ¡Cuántos veranos pasamos juntos cuando Eduardo y mi padre Adrien trabajaban, en particular, en los grabados de Chillida y la arcilla chamota!”, apuntó Isabelle Maeght, administradora de la Fundación Maeght.

“Para Chillida Leku -continuó Mireia Massagué- es muy importante colaborar con una institución que fue clave en el desarrollo de la obra de Eduardo Chillida. Traer a Hernani esculturas de artistas de primer nivel con los que colaboró es un hito que nos alegra profundamente”, anotó.

Con un total de 17 piezas, los 11 artistas expuestos han marcado significativamente la historia de a escultura del siglo XX y nos ayudan a comprender mejor la obra de Chillida y a ponerla en su contexto histórico y artístico.

La muestra comienza en el exterior del caserío Zabalaga con “Morning cobweb” (1969), una escultura monumental de Alexander Calder que dialogará con Jean Arp y con otras esculturas de Eduardo Chillida. Además, esta pieza, que permite introducirse en ella y experimentar el espacio y la ligereza de esta obra de siete toneladas, se quedará en Chillida Leku durante todo el año.

En el interior del caserío, la exposición continúa con obras de Chillida, Alberto Giacometti, Alexander Calder, Joan Miró, Julio González, Barbara Hepworth, la única mujer artista de la muestra, Pablo Palazuelo y Georges Braque. La última parte de la muestra presenta obras-objeto relacionadas con el uso de lo cotidiano y la magia de Antoni Tàpies o la poesía pintada de Marc Chagall.

“Universo Maeght”, que se podrá ver en Chillida Leku hasta el próximo 14 de abril de 2024, surge como tributo a la fundación Maeght de Saint-Paul-de-Vence (Francia) y presenta la obra de artistas que “compartieron el ambiente de creación, utopía y libertad que se respiraba en la Fundación, especialmente en verano, cuando el lugar acogía todo tipo de eventos culturales”.

Eduardo Chillida, uno de los artistas más jóvenes del grupo de creadores impulsados por Maeght y al que el galerista apodaba “Mon petit” (Mi pequeño), mantuvo una relación de confianza y amistad que duró durante cerca de 30 años, hasta la muerte de Aimé Maeght.

En 1950, el escultor participó en la exposición “Les Mains Éblouies”, una exposición dedicada a jóvenes artistas en la galería que el marchante poseía en la rue de Téhéran de París, lo que marcó el inicio de una larga y prolífica colaboración. En aquella ocasión Chillida expuso dos esculturas que obtuvieron las alabanzas de la crítica y auguraron un futuro prometedor para el artista. Aquella primera exposición bajo el paraguas del marchante supuso la entrada a la galería y a su círculo artístico, donde forjó amistad con artistas como Braque, Miró, Giacometti o Calder y conoció de cerca el trabajo de Kandinsky.

(LectorMx)