Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- Yucatán es uno de los estados que mayor variedad de tamales aporta a la cultura gastronómica y del maíz en México, lo que podrá expresarse este 2 de febrero Día de la Candelaria, cuya celebración está enlazada con la Rosca del Día de Reyes, tradiciones arraigadas.

Conforme al tratado de costumbres comunitarias y gastronomía del país, Tradiciones Mexicanas, su autor Sebastián Verti compiló en un capítulo dedicado a Los Tamales, 17 variedades de ese tipo de alimento en el estado, lo que refleja la riqueza y vigencia de la cultura ancestral maya y su herencia patente en las comunidades rurales.

Del esplendor de la cultura maya los yucatecos heredaron el conocido pibipollo, un tamal enorme que se rellena de pollo, puerco, ajo, orégano, clavo de olor, pimienta gorda, comino, chile seco rojo, achiote en polvo, naranja agria o vinagre, sal, manteca, masa de harina, jitomate y epazote, envuelto en hojas de plátano y cocinado en horno.

Además del tamal tradicional, los “vaporcitos”, están los “suaves de boda” o “colados”, chaya, Dzoto Bichay, de merienda o espelón, venado (chacha-huajes), yuyos (hongos), nacapitu (se hornean sin envoltura), canane, pictes (con elotes tiernos) y de yerba santa (con camarones).

También los hay de hoja de milpa acompañados de jocotes (ciruelos tiernos), cuchunuc (florecita silvestre), de elote nuevo y “torteados”, entre muchas otras variedades escondidas en comunidades de la costa, sur y oriente del estado, donde se encuentra la mayor parte de las poblaciones ancestrales.

Otros estados que contribuyen con gran oferta de tamales son Veracruz, Sonora, Tabasco, Oaxaca, Michoacán, Jalisco y sur y oriente de la Ciudad de México, más no hay rincón de nuestro país donde falte este antojo tradicional.

La palabra tamal procede del vocablo náhuatl tamalli, que aparece en el vocabulario prehispánico de Alonso de Molina del siglo XV y, según el historiador Carlos Lumhotz en su libro “México desconocido”, el alimento era parte de rituales en honor a los dioses entre los huicholes de Jalisco, tarascos de Michoacán, tarahumaras de chihuahua y tepehuanes de Durango.

Según Sebastián Verti, quien fuera presidente del Patronato Pro Fortalecimiento de las Tradiciones Mexicanas, los tamales son los reyes de la antojería y protagonistas ineludibles de las fiestas familiares de los mexicanos, a los que hemos convertido en un platillo excelso y tradicional de nuestra gastronomía.

En Mérida, este viernes Día de la Candelaria, el Museo de la Canción Yucateca albergará la Octava Feria del Tamal y del Cacao con la asistencia de unos 30 oferentes, entre ellos unos 14 de tamales de gran variedad, unos ocho de productos a base de cacao y el resto artesanos, informó el organizador y chef Alberto Lavalle.

Como invitados especiales, mencionó a residentes de la comisaría de Citilcum del municipio de Izamal, quienes aportarán un tipo de tamal de bola y otro con carnes y especies llamado “Tayayuum” junto con una bebida especial de cacao de nombre “Tanchucua”, lo que representará una novedad para los comensales.

Lavalle reconoció que la inflación ha impactado el costo de los insumos para elaborar los tamales, sin embargo, dijo, los precios por unidad en esta presentación variarán de los 15 hasta los 60 pesos, según el tamaño y características, y serán, aseguró, precios muy competitivos.

Adelantó que se ofrecerán tamales tradicionales, vaporcitos de pollo, mixtos, colados, brazo de reina, otros con pétalos de flores, veganos, los de estilo México y otros que reflejan la gran variedad de la feria.

De las 14:00 horas y hasta las 22:00 de la noche estarán abiertas las puertas del inmueble ubicado en el Barrio de la Mejorada del Centro Histórico (calle 57 por 48) para recibir a los visitantes, quienes podrán disfrutar desde las 16:00 horas música tradicional yucateca como parte del ambiente.

(LectorMx)