Por Adela Mac Swiney González
Madrid, España. – Marisa Paredes, una de las actrices más icónicas del cine español y una de las llamadas ‘chica Almodóvar’, falleció hoy dejando tras de sí una larga carrera en la que el público ha podido verla en más de 75 ocasiones en la gran pantalla. Representantes de la industria audiovisual, del gobierno y de instituciones han mostrado sus condolencias por la ausencia de la intérprete.
Mujeres fuertes, ambivalentes, desgarradas, pasionales, enigmáticas y en definitiva muy humanas han conformado el trabajo interpretativo de la madrileña, que dejó pendiente de estreno la película “Emergency Exit” del productor y director Lluís Miñarro.
Paredes se formó en la Escuela de Arte Dramático de la capital, y debutó en cine con solo 14 años en “Esta noche tampoco”, de José Osuna y “091 Policía al habla”, de José María Forqué. Durante los sesenta y los setenta sumó papeles secundarios y con la llegada de los años ochenta y “Ópera prima”, de Fernando Trueba, llegó su consolidación.
Tras participar en el primer largometraje de Trueba, también lo haría en las primeras obras de otros destacados nombres del cine español, como Agustí Villaronga (“Tras el cristal”), creador esencial en su vida. Antes, en 1983 llega su primera colaboración con Pedro Almodóvar, cineasta al que estará perpetuamente unida en la historia del cine, con “Entre tinieblas”.
Después rodaría con el manchego sus grandes protagonistas: será la diva Becky del Páramo en “Tacones lejanos” y la escritora Amanda Gris de “La flor de mi secreto”, papel este último por el que recibió una nominación al Goya. También apareció en “Todo sobre mi madre”, “Hable con ella” y “La piel que habito”.
Sus colaboraciones con Almodóvar la abrirán al cine internacional, en el que participó en cintas como “La vida es bella”, de Roberto Benigni; “Profundo Carmesí”, de Arturo Ripstein o “El espinazo del diablo”, de Guillermo del Toro. También sumará a su filmografía trabajos con Amos Gitai, Daniel Schmid, Philipe Lioret, Raoul Ruiz, Alain Tanner, Maria Sole Tognazzi, Cristina Comencini o Manoel de Oliveira.
Desde el 2000 hasta el 2003 fue Presidenta de la Academia de Cine, institución que la reconoció en 2018 con el Goya de Honor, distinción que recogió de manos de su hija, María Isasi, y del director Agustí Villaronga. “Este oficio se trata de tomarlo con absoluto rigor y seriedad. Necesita entrega, coraje, fuerza, que no te venza el desaliento”, reflexionó en su momento en una entrevista para la Revista Academia con motivo de este premio.
Hace unos meses, la actriz participó en el proyecto de la Academia “Memoria Colectiva del Cine Español”, con una entrevista en profundidad sobre su carrera. “La libertad, la educación y la cultura son fundamentales para la vida de la gente. Es lo que queda. El arte es lo que permanece”, aseguró en ese testimonio.
El presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, lamentó el fallecimiento de “una de nuestras más carismáticas actrices, con una carrera que se extiende a lo largo de más de 60 años y que se ha desarrollado con idéntica eficacia y sensibilidad en el cine, el teatro y la televisión. Marisa ha sido sin duda una de las más grandes actrices del cine español, una persona querida y conocida por todos, que ha llenado nuestras pantallas grandes y pequeñas”, destacó.
Mañana miércoles 18 de diciembre se instalará la capilla ardiente en la Sala Principal del Teatro español, donde amigos, compañeros y público podrán darle un sentido homenaje de 10:00 a 12:00 horas.
(LectorMx)