Ciudad de México.- Con el estandarte del combate a la corrupción y la impunidad, Andrés Manuel López Obrador asumió este sábado como presidente constitucional de México.
En la ceremonia de transferencia del Poder Ejecutivo, trazó las prioridades de su gobierno, marcó un borrón y cuenta nueva con perdón para corruptos y delincuentes del pasado y refrendó que no buscará la reelección.
“A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical, porque se acabará con la corrupción y con la impunidad que impiden el renacimiento de México”, dijo en su discurso.
Un reconocimiento y agradecimiento a su antecesor Enrique Peña Nieto por haber respetado la voluntad popular el 1 de julio, incluyó en sus palabras iniciales.
En la defensa de la cuarta transformación, observó que no se trata de un asunto retórico o propagandístico.
Afirmó que los postulados de su proyecto se sustentan en la convicción de que la crisis de México se originó no sólo por el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en los últimos 36 años, sino también por el predominio en este periodo de la más inmunda corrupción pública y privada.
En otras palabras –como ha repetido en otras ocasiones–, diagnosticó que nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo.
“Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos”, expresó.
SENTENCIA A NEOLIBERALISMO
En su investidura, desahució al modelo económico neoliberal que –criticó–, ni siquiera en términos cuantitativos ha dado buenos resultados.
“Lo digo con realismo, sin prejuicios ideológicos, la política económica neoliberal ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país”, condenó.
Y vinculó los efectos negativos de ésta con las reformas estructurales, como la energética que, apuntó, sólo ha significado la caída en la producción del petróleo y un aumento desmedido en los precios de las gasolinas, el diésel, el gas y la electricidad.
PERDÓN AL PASADO
Ante el Congreso de la Unión, López Obrador expuso que, contrario de lo que pudiera suponerse, esta nueva etapa iniciará sin perseguir a nadie, porque no se apuesta al circo ni a la simulación.
“Queremos regenerar de verdad la vida pública de México. Además, siendo honestos, como lo somos, si abrimos expedientes dejaríamos de limitarnos a buscar chivos expiatorios, como se ha hecho siempre y tendríamos que empezar con los de mero arriba, tanto del sector público como del sector privado.
“No habría juzgados ni cárceles suficientes y lo más delicado, lo más serio, meteríamos al país en una dinámica de fractura, de conflicto y confrontación y ello nos llevaría a consumir tiempo, energía y recursos que necesitamos para emprender la regeneración verdadera y radical de la vida pública de México, la construcción de una nueva Patria, la reactivación económica y la pacificación del país”, alegó.
Justo en ese momento, la bancada del PAN comenzó la cuenta de 1 al 43.
El mandatario justificó que “estamos ante un asunto político de Estado y como tal debemos enfrentarlo”, y repitió una frase de campaña: “no es mi fuerte la venganza, y que, si bien no olvido, si soy partidario del perdón y la indulgencia”.
En descargo, definió como “muy importante” que en el terreno de la justicia se pueden castigar los errores del pasado, pero lo fundamental es evitar los delitos del porvenir.
“En consecuencia, propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo. En otras palabras, que no haya persecución a los funcionarios del pasado y que las autoridades encargadas desahoguen en absoluta libertad los asuntos pendientes.
“Por cierto, hoy se constituye una Comisión de la Verdad para castigar los abusos de autoridad para atender el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa. Que se castigue a los que resulten responsables, pero que la Presidencia (de la República) se abstenga de solicitar investigaciones en contra de los que han ocupado cargos públicos o se hayan dedicado a hacer negocio al amparo del poder durante el periodo neoliberal”, resumió.
El tabasqueño adujo que, desde su punto de vista, en las actuales circunstancias, es más severa y eficaz la condena al régimen neoliberal, dejar en claro su manifiesto fracaso y su evidente corrupción y hacer todo lo que podamos para abolir el régimen neoliberal, que someter a procesos judiciales o a juicios sumarios a sus personeros quienes, a fin de cuentas, no dejan de ser menores ante la esperanza de todo un pueblo y la fortaleza de una nación como la nuestra.
“Pero, de cualquier manera, como en todos los asuntos de trascendencia para la vida pública del país, yo defenderé con libertad y argumentos mi postura. El punto final irá a pensar y trabajar hacia el porvenir, pero la ciudadanía tendrá la última palabra porque todos estos asuntos se van a consultar a los ciudadanos”, acotó.
También subrayó que, si se acepta su propuesta de mantener al margen de este asunto al Poder Ejecutivo, tal determinación se aplicará para los de antes y para los que se van, no para los que llegan, quienes deberán mantener en alto el ideal y la práctica de la honestidad.
“Empiezo por informar que hemos promovido una ley para convertir la corrupción en delito grave, que, aunque parezca increíble, no lo era.
“Con apego a mis convicciones y en uso de mis facultades, me comprometo a no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder público”, agregó.
López Obrador ofreció que en esa lógica sólo responderá por su hijo menor, Jesús, pero no por su esposa e hijos mayores de edad.
Igual dio seguridad a las inversiones de accionistas y que se crearán condiciones hasta para obtener buenos rendimientos porque en México habrá honestidad, reglas claras, crecimiento económico y confianza.
En la conformación de la Guardia Nacional, reveló que los elementos del Estado Mayor Presidencial y los tres mil 200 “espías” de Gobernación pasarán a esas filas.
RESPETO A LIBERTADES
En otro momento, el presidente garantizó que actuará sin odios, sin hacer mal a nadie, que respetará las libertades y apostará siempre a la reconciliación y el camino de la concordia.
“Trabajare 16 horas diarias para dejar en seis años muy avanzada la obra de transformación; haré cuanto pueda para obstaculizar las regresiones en la que conservadores y corruptos estarán empeñados.
“Por eso aplicaremos rápido, muy rápido, los cambios políticos y sociales para que si en el futuro nuestros adversarios, que no nuestros enemigos, nos vencen les cueste mucho trabajo dar marcha atrás a lo que ya habremos de conseguir”, planteó.
Como dirían los liberales mexicanos del siglo IXX, rememoró, “que no sea fácil retrogradar”.
También ratificó que “bajo ninguna circunstancia” habrá de reelegirse, por el contrario, se someterá a la revocación del mandato, ya que desea que el pueblo siempre tenga las riendas del poder en sus manos.
En dos años y medio, sostuvo, habrá una consulta que les preguntará a los ciudadanos si quieren que el presidente se mantenga en el cargo o que pida licencia.
“Acepto el reto y les invito a participar para celebrar juntas y juntos del esplendor y la grandeza futura de nuestro querido México. Gracias de todo corazón, ¡que viva México!”, concluyó.
El repudio a la presencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, marcó la sesión protocolaria en la que estuvieron jefes de Estado y de Gobierno, entre centenares de invitados especiales.
(Foto: Gobierno de México)
(LectorMx)