Mérida, Yucatán.- En el recién aprobado presupuesto 2019, los grandes perdedores fueron los estados, en especial los municipios: casi 60,000 proyectos de obra pública se quedaron sin un peso para llevarlos a cabo, explicó la diputada Dulce María Sauri Riancho.

¿La razón? Los llamados “moches”: la cantidad de dinero que los funcionarios reciben por beneficiar con la obra a ciertas empresas.

En el caso de Yucatán, dijo desconocer el número exacto de grandes obras que se enlistaron en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) -porque “entraron” directamente a la Comisión de Presupuesto- la diputada dijo que cuando menos las que consensuaron con el Gobierno del Estado, no tienen recursos.

En este caso, se trata del mayor calado del puerto de altura, para permitir la llegada de barcos más grandes, una obra que, incluso, fue promesa de campaña del hoy gobernador Mauricio Vila Dosal; la otra obra, la del gas natural, una demanda de los empresarios, también se quedo en nada.

La exgobernadora fue entrevista al término del “Desayuno de la Amistad” que cada año ofrece el veterano priista Rubén Calderón Cecilio, que reúne a la crema y nata del tricolor -sobre todo los de la vieja guardia-, pero con la gran ausencia de los “jóvenes”.

La diputada llegó al final del encuentro porque estuvo en la sesión del pleno en la que los legisladores aprobaron por mayoría el presupuesto para 2019; esto ocurrió después de las 03:00 horas (3 de la mañana). Ella salió en el primer vuelo (8:30 horas) y el anfitrión alargó el desayuno para esperarla.

Dijo que aunque el presupuesto es cuantioso y aumenta el dinero para los estados, concentra muchos recursos en programas de los llamados asistenciales (entrega directa de dinero a las personas) como el de ancianos o el de jóvenes; y algunos otros de corte medioambiental, como el de “Sembrando vidas”.

Sin embargo, dejó de lado la gran mayoría de los recursos para obra pública; sólo aprobó una: la construcción de una garita en Mexicali. Según Sauri Riancho, esta se “salvó” porque la propuso un morenista y porque el próximo año hay elecciones en Baja California.

Explicó que lo estados, de darse la recaudación de impuestos que se proyecta, recibirán más dinero, esta cantidad no compensa el recorte de 3,600 millones de pesos para Yucatán, y que ya obligó al gobierno de Mauricio Vila a apretarse aún más el cinturón.

En su discurso, la exgobernadora de Yucatán se dijo triste por el rumbo que tomó el presupuesto federal, sobre todo porque se invitó a los alcaldes de todo el país a llevar sus propuestas para los programas que se incluirían en el presupuesto (ramo 23), que a la hora de la negociación se eliminó.

“Les jugaron el dedo en la boca”, dijo.

Dijo que la ayuda para la pensión para los ancianos -que a partir de enero se pagará cada mes- no sustituye las políticas públicas, y que éstas quedaron fuera del presupuesto.

“A nosotros sólo nos queda señalar hasta que un día nos hagan caso”, reiteró.