Acanceh, Yucatán.- En una mezcla de fe y esparcimiento, la representación del Viacrucis Viviente en la localidad de Acanceh cumplió hoy su edición número 35.

En su papel de Jesús, Andrés Medina Chalé, de 21 años de edad, tuvo a su cargo la parte más difícil de la dramatización, cargando una pesada cruz, de unos 120 kilogramos, a lo largo de las 14 estaciones.

En su trayecto del Palacio Municipal hasta la explanada que se ubica frente a La Pirámide, monumento prehispánico que ha dado fama al municipio, el joven pasó apuros debido al fuerte calor y su frágil complexión física.

Algunos familiares y amigos se mostraron conmovidos y preocupados por la resistencia del muchacho, aunque finalmente todo quedó en una severa insolación y deshidratación.

Así el camino se convirtió en verdadero calvario, como pudieron atestiguar los centenares de personas que, como cada año, acuden a esa comunidad, asentada a 30 kilómetros al sureste de la capital yucateca.

Medina Chalé, según informó, llevaba 10 cumpliendo diversas encomiendas en el grupo católico que organiza la escenificación, hasta que ahora le tocó el rol central.

“Es la mejor experiencia que me ha pasado en mi vida”, explicó sobre su primer protagónico.

Los improvisados actores, alrededor de 150, cumplieron con el ritual entre religioso y pagano, en un hecho que atrae a visitantes nacionales y extranjeros.

Poco después de las 14:00 horas el cuerpo del mesías quedó expuesto en la Cruz, en rememoración de su sacrificio.

Por otra parte, en el municipio de Baca, Manuel Gómez, quien representaba el papel de Jesús, sufrió fractura en el pie derecho ya que la cruz le cayó encima y tuvo que ser reemplazado por José García Ferrera.

Al momento de representar la crucifixión, el sustituto también sufrió un percance al precipitarse de la cruz debido a que ésta comenzó a inclinarse, lo que provocó que se soltaran los amarres que lo sostenían.