Hay investigadores que están debatiendo no solo sobre si en realidad tienen beneficios, sino incluso sobre la posibilidad de que sean perjudiciales para ti.
En un pequeño ensayo controlado aleatorio hecho en Illinois, EE.UU., un grupo de personas hizo abdominales diariamente, mientras que los integrantes del afortunado grupo de control no tuvieron que hacer ninguno.
Luego de seis semanas se tomaron mediciones detalladas, y se encontró que los ejercicios no tuvieron ningún impacto en el tamaño de la cintura o en la cantidad de grasa abdominal de los participantes.
Stuart McGill, profesor de biomecánica de la columna vertebral en la Universidad de Waterloo en Canadá, ha estado estudiando los tradicionales ejercicios abdominales durante años y está convencido de que ciertamente nos hacen daño.
Utilizando cadáveres de cerdo, McGill ha llevado a cabo decenas de estudios en su laboratorio, flexionando sus columnas repetidamente como lo haría una persona al hacer abdominales durante muchas horas.
Cuando, posteriormente, examinó los discos de la columna encontró que estaban comprimidos a tal punto que presentaban protuberancias.
Si lo mismo pasara en un ser humano, eso causaría presión sobre los nervios, provocando dolor de espalda e incluso una hernia discal.
Para limitar los riesgos, McGill recomienda que coloques tus manos debajo de la zona lumbar para impedir que quede plana contra el suelo.
Eso minimiza la presión sobre tu espalda. Entonces dobla una rodilla hacia arriba y mantén la otra extendida. Luego levanta un poquito la cabeza y los hombros del suelo.
(Información completa: muyinteresante.es)