Por: María del Mar Boeta

Planeta Tierra, 1969

“Perdidos en el espacio”, “Los Supersónicos”  y “Viaje a las estrellas” mostraban a los televidentes de todo el mundo un futuro posible más allá de nuestra galaxia. Las aventuras de los protagonistas hacían soñar a todos y a preguntarse, ¿algún día conoceremos qué existe más allá de las estrellas?

Mérida, Yucatán, no era ajena a las expectativas y sus habitantes también se realizaban las mismas preguntas. “Los avances tecnológicos nos asombraban y teníamos la duda de hasta dónde podríamos llegar. ¿De verdad sería posible llegar a la luna”, comparte el yucateco don Juan Carlos, de 70 años, y quien aún tiene dudas si el hombre realmente conquistó el satélite.

La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética era tema de todos los días en los periódicos, dejando claro que los soviéticos llevaban la delantera. La odisea de la perrita Laika,  el viaje de Yuri Gagarin en 1961, el envío del satélite Sputnik y las sondas a Marte y Venus los ponían al frente de una competencia en la que el orgullo nacional estaba involucrado.

En 1969, el tema de plática favorito eran las hazañas de los cosmonautas estadounidenses y rusos y sus peripecia  eran tema de todos los días en los periódicos yucatecos, como el anuncio de la salida de la misión del Apolo-9. “Si todo sale bien, una nave Apolo-10 podría ser enviada dentro de algunos meses para echar un vistazo desde menor distancia a la Luna, y después, a mediados de año, el primer hombre podría posar sus pies en la superficie selénica tras de descender de una cápsula Apolo 11” (8 de enero de 1969 Diario de Yucatán).

Todo este periplo era una inversión cara y el mundo se encontraba en un período de transformaciones políticas, sociales y culturales. México, bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, aún se recuperaba de dolorosos episodios y muchos ciudadanos consideraban innecesaria la inversión económica.

El astronauta William Anders, tripulante del Apolo 8, declaró durante una visita al país: “La exploración espacial es un negocio bastante caro, pero se puede justificar el gasto dólar sobre dólar con el cúmulo celeste que no está desgastado como la Tierra, su exploración puede conducir a un conocimiento del origen de nuestro planeta para utilizar mejor sus recursos” (16 de enero de 1969). Sin embargo, en Estados Unidos las protestas por los exorbitantes gastos eran comunes, trasladándose incluso hasta Cabo Kennedy.

luna_yucatan2“Sí sabía de la carrera espacial, pues leía los periódicos y veía la televisión.  Estados Unidos infundía miedo al asegurar que era un peligro si la Unión Soviética conquistaba primero la luna. Yo no vi nada de la llegada, estaba ocupando buscando trabajo porque recién terminé la escuela”, compartió don Felipe, de 62 años. “En esa época Richard Nixon comenzó su mandato como presidente de Estados Unidos, Luis Torre Mesías era gobernador de Yucatán y Víctor Correa Racho alcalde de Mérida”, cuenta.

“Correa Rachó fue el primer edil panista y pues me interesaba un poquito más eso. Tenía 18 años y estaba en mis momentos de rebeldía”, recalca con una sonrisa.

Julio de 1969 fue el mes de expectativa por lo que se podría lograr pero también de temor por las fallas posibles. Los líderes religiosos invitaban a orar por  los selenautas Michael Collins, Buzz Aldrin y Neil Amstrong , quienes emprenderían el “paseo más peligroso que el hombre haya dado jamás en el espacio”

“Estaba muy emocionada aunque también tenía mucho miedo”, relata doña Carmen, de 60 años. “Me gustaba mucho ‘Perdidos en el espacio” y siempre me imaginaba que algún día viajaría a la luna pero me daba mucho miedo ya no poder volver”.

A 47 años de la llega del hombre a la luna, el 20 de julio de 1969, aún queda mucho por descubrir. Aún falta por volver realidad algunos capítulos imaginados por Julio Verne en “Un viaje a la luna”.