A Tiro de Piedra

Julian Santiesteban

Entretenidos como andamos los mexicanos con la baja popularidad presidencial, la corrupción demostrada y posible encarcelamiento de gobernadores de entidades federativas; y hasta las amenazas veladas y abiertas del presidente estadunidense Donald Trump, perdemos de vista los reales efectos de las malas decisiones gubernamentales entre los ciudadanos “de a pie”, y en la capital de Quintana Roo, Chetumal, la frontera más olvidada del país, está a punto de ocurrir una crisis económica y social cuyos efectos nadie parece estar atendiendo.

La capital de quintanarroense mantiene lazos históricos con Belice, el país centroamericano con el que es frontera, y hasta 2013, los comerciantes locales recibían recursos hasta por 30 millones de dólares anuales, fecha en que el flujo de efectivo se redujo hasta en 40 por ciento debido al nuevo régimen fiscal mexicano, que incrementó el porcentaje del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en fronteras del 11 al 16 por ciento, según consignaron en su momento medios de comunicación nacionales.

A esa debacle económica, se suma ahora la difícil situación del país centroamericano, cuyas expectativas de crecimiento económico han sido reducidas drásticamente por calificadoras internacionales como Standard & Poors, por la necesidad que Belice tiene de refinanciar su deuda externa, a grado tal que algunos especialistas comienzan ya hablar de una modificación en la paridad del dólar beliceño con respecto al estadunidense, pues actualmente es de dos a uno; pero el rumor creciente es que para 2017 pudiera ajustarse a una tasa de cuatro a uno, lo cual tendría un impacto brutal entre los ciudadanos de ese país, pero además con una contracción económica del sureste mexicano, al proyectar una nueva reducción de la derrama económica de hasta el 50 por ciento de lo que actualmente llega.

Desde la instrumentación de la reforma fiscal nacional mexicana, Chetumal se ha ubicado entre las ciudades con mayor impacto inflacionario; y en la última medición, la de octubre de 2016, se ubicó en séptimo lugar, de acuerdo al Inegi, con un acumulado anual del 3.10 por ciento, por encima de ciudades como Villahermosa, Torreón y Monterrey; y ante todo esto no se observa que ninguna autoridad esté tomando previsiones efectivas.

Así los ciudadanos comunes sufren los impactos de las malas gestiones públicas, pues en la frontera México-Belice se contabilizan anualmente un millón 200 mil cruces, pero con las malas perspectivas económicas para 2017 difícilmente se mantendrán y eso a nadie parece preocupar en la frontera más olvidada de México; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

(Foto tomada de internet)