Mérida, Yucatán.- La capital yucateca figuró de nueva cuenta entre las ciudades con menor percepción de inseguridad con 33.1 por ciento de los ciudadanos consultados, muy por debajo de la media nacional de 72.9 por ciento, de acuerdo con la encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU).

A marzo de 2017, las urbes del país con las mejores cifras son: Puerto Vallarta, Mérida, Durango, Saltillo, Piedras Negras y Aguascalientes, con 29.7, 33.1, 36.1, 43.9, 48.7 y 49.9 por ciento, respectivamente.

Por primera ocasión en este corte, la ENSU brinda estimadores representativos para 51 ciudades de interés, más la Ciudad de México, entre las cuales destaca otra vez la capital yucateca, que en diciembre pasado registró 33.8 por ciento.

La ENSU dada a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), abarcó un total de 300 viviendas por ciudad de interés para un total de 16 mil en el país. Los consultados fueron mayores de 18 años seleccionados aleatoriamente.

A nivel República Mexicana, el 72.9 por ciento de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro, lo cual es equivalente al resultado de diciembre de 2016, que alcanzó 74.1 por ciento, sin embargo, es superior al nivel obtenido en marzo de 2016, cuando esta percepción fue de 69.9 por ciento.

En cambio, de entre las urbes donde las percepciones de inseguridad son las más elevadas, figuran Ecatepec de Morelos, Villahermosa, Chilpancingo de los Bravo, la región Norte de la Ciudad de México, Fresnillo y Coatzacoalcos, con 93.6, 93.4, 93.3, 92.9, 91.3 y 91.2 por ciento, respectivamente.

En lo referente a los espacios físicos, en promedio el 80.2 por ciento de las personas consultadas manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública, 73.4 en el transporte público, 66 en el banco y 65.1 en las calles que habitualmente usa.

Incluso, el 62.7 por ciento de la población de 18 años y más manifestó haber modificado sus hábitos respecto de “llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito” por temor a sufrir algún delito.

Más de la mitad de los consultados reconoció haber cambiado hábitos respecto a “permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda”; 51.9 cambió rutinas en cuanto a “caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche” y 33.6 cambió rutinas relacionadas con “visitar parientes o amigos”.

(Jesús Mejía)