Mérida, Yucatán.- El discurso oficial que presenta a Yucatán como el estado más seguro del país, fue rebatido hoy por Gina Villagómez Valdés, del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

La doctora en antropología social participó en el Coloquio Internacional Narrativas de Violencia y Paz, en donde abordó el tema de las microviolencias.

“En Yucatán nos hemos creído la idea mítica de que es el estado más seguro”, expresó en su introducción.

“Efectivamente, aquí no nos matan como en el norte del país, no hay un narcotráfico, no hay una persecución de balas en las calles, no tenemos los secuestros ni los levantones, no tenemos 43 estudiantes muertos y desaparecidos, pero sí tenemos un gran índice de violencia del fuero común que tiene que ver con diferentes formas de violencia”, afirmó.

En la Mesa panel: Las otras violencias, advirtió deficiencias de la justicia frente a este fenómeno social.

“Pero esas violencias que son directas en el sistema penal de justicia, son las visibles, las que el sistema de justicia no logra esclarecer adecuadamente; es una parte de las violencias que vivimos en la sociedad”, dijo.

Junto a Cristina del Valle, artista española del grupo Amistades peligrosas y activista pro derechos humanos; al sacerdote católico Raúl Lugo Rodríguez, del Equipo Indignación, y la actriz yucateca Conchi León, Villagómez Valdés planteó que Yucatán es primer lugar en feminicidios, aunque no sea reconocido.

En el contexto del narcotráfico, ejecuciones, extorsiones y un Ejército Mexicano involucrado en incidentes contra civiles, aseguró que la violencia no es natural, sino cultural.

En cuanto a Yucatán, ahondó en la “violencia estructural” relacionada con la pobreza, la desigualdad y la realidad de “un estado que es clasista, misógino, homofóbico, ‘edaísta’ (edadista), discrimina a gente de la tercera edad, la maltrata de diferentes formas”.

Resumió que todas estas formas de exclusión y de agresión entre nosotros mismos, son más agresivas contra mujeres.

“La padecemos, pero también la reproducimos todos los días, todas y todos”, aclaró la especialista.

En el auditorio de la Universidad Modelo, indicó que no se puede “victimizar” solamente a las mujeres, sino que todos somos agresores y agredidos por un sistema de poder que muchas veces es invisible.

En el caso de las mujeres, ilustró que la violencia se manifiesta claramente en los tipos: sexual, emocional, económica, física, patrimonial y educativa.

“Y hemos encontrado una serie de violencias más, que tienen que ver con los medios de comunicación violentos, pero no solamente contra las mujeres, sino contra los ancianos, contra la gente con discapacidad, contra migrantes, contra personas de otra población”.

Así, la investigadora insistió en que Yucatán es, además de misógino y clasista, es racista, homofóbico, “edaísta” y xenofóbico.

Como conclusión, recomendó a los ciudadanos asumir un papel más activo en la transformación del problema que alcanzan diversos órdenes de la vida diaria.

(LectorMx)