Mérida, Yucatán.- El doctor alemán Peter Johannes Schmidt (1940-2018), fallecido la madrugada del lunes, asumió una posición crítica en la relajación científica e institucional de la actividad que ayudó a construir en la Península de Yucatán.
Iván Franco, profesor investigador de tiempo completo y coordinador en la Sección de Historia del Centro INAH-Yucatán, además de miembro del Sistema Nacional de Investigadores, se refirió así a su colega.
“Se puede decir que es de los arqueólogos que forma parte de la segunda gran oleada o generación científica del siglo XX”, expresó.
El reglamento mundial para la arqueología científica e institucional se acordó en 1956 y a partir de entonces ninguna excavación podría hacerse fuera de un marco muy estricto de respeto a las huellas de las sociedades pretéritas.
“Peter se formó en Alemania ya bajo esos criterios. No como ahora que cualquier pend… (persona) se mete a los cenotes con empresas dizque para limpiar y traer turistas; (en realidad) están poniendo bases para saqueos masivos”, definió el doctor en Antropología Social.
En ese punto, el especialista subrayó que Schmidt fue particularmente “muy crítico” de esa relajación científica e institucional.
Rememoró también la oposición y cuestionamientos del ahora acaecido a la colocación del sistema de luz y sonido en Chichén Itzá en los años setenta.
“Las luces o bases de las luces que se pusieron en varias estructuras lo molestaron mucho y decía que esos agujeros crearían filtraciones de agua que de manera irremediable dañarían las estructuras.
“No logró imponerse, pero ocurrió lo que cuestionaba. Por eso, cuando esa tecnología quedó caduca se congratuló de que se retirara”, agregó Iván Franco.
REFERENCIAS
Peter Johannes Schmidt (1940-2018), originario de Hamburgo, dedicó cuatro décadas de su vida al estudio del área maya y desde 1993 fue director del Proyecto Arqueológico de Chichén Itzá, en Yucatán.
Llegó a México en 1973 y trabajó como director del Proyecto Huejotzingo, dentro del programa conjunto Puebla-Tlaxcala, a cargo del INAH y con la colaboración de la Fundación Alemana para la Investigación Científica.
En 1977 ingresó al INAH como investigador del entonces Centro Regional del Sureste, hoy Centro INAH Yucatán, donde estuvo adscrito hasta su muerte.
Realizó trabajos de campo en los sitios arqueológicos de Chichén Itzá, Yucatán; El Meco y Kohunlich, en Quintana Roo, entre 1976 y 1981. Fundó y dirigió la Ceramoteca del Centro Regional del Sureste del INAH, de 1980 a 1983, y fue director del Museo Regional de Antropología de Yucatán, Palacio Cantón, de 1983 a 1993.
Durante 1979 y 1980 definió y estableció el polígono para proteger y preservar los monumentos arqueológicos de Chichén Itzá, así como la flora y la fauna, que sirvió de base para el decreto presidencial por el que se declaró la Zona de Monumentos Arqueológicos.
En 1993, dirigió el Proyecto de Investigación Arqueológica de Chichén Itzá,
En 2014, durante la Primera Mesa Redonda del Mayab recibió la Medalla UNESCO de la Diversidad Cultural, por sus aportaciones en materia de conservación y conocimiento del patrimonio histórico de Yucatán, y en 2015 fue galardonado con la Medalla “Yuri Knórosov”, por sus contribuciones en el estudio de la cultura maya.
(LectorMx)