Mérida, Yucatán.- “Es tiempo de callar”, dijo alguna vez el entonces arzobispo metropolitano de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, y parece que la frase la tomó literal quien lo sustituyó: Gustavo Rodríguez Vega, cuya figura, en 3 años, “se ha diluido”.

Eso explica el investigador social Iván Franco Cáceres, quien añade que el actual jerarca católico de Yucatán no ha cumplido con la encomienda del Papa Francisco: “limpiar” la diócesis local de su relación con 2 poderes no formales sino reales: el dinero y la política.

Hace 3 años, cuando Rodríguez Vega llegó a Yucatán traía, en la maleta, la lucha social que había encabezado a favor de los pobres y de las víctimas, en Nuevo Laredo; pero no pudo desempacarlas, porque se encontró frente un “poderoso sistema religioso católico que se enmaraña a la clase política y domina el espacio público local”.

Y ahora que son tiempos electorales, cuando la figura de Francisco se refleja en sacerdotes como Alejandro Solalinde y Raúl Vera, muy cercanos a Andrés Manuel López Obrador, Gustavo Rodríguez Vega no sólo no brilla, ni siquiera aparece; y a esto Iván Franco no le encuentra otra explicación que la necesidad del arzobispo de Yucatán de navegar con bandera blanca.

El “conflicto” en Yucatán es, además, que Berlié es más cercano a los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), que han compartido poder.

No en vano, personajes vigentes en la política y “enemigos” en lo electoral como María Fritz Sierra, alcadesa de Mérida, y Víctor Caballero Durán, candidato del PRI al mismo puesto, tienen algo qué decir al respecto.

Esto es lo que, en otras palabras, el estudioso de la religiones cuenta en una entrevista que le hicieron en el marco de un encuentro con otros expertos. Aquí dejamos la entrevista completa.

Entrevista con Iván Franco, en seminario Antropología de las Religiones (SAR),

SAR: Cuando arribó a la Arquidiócesis como V Arzobispo Mons. Gustavo Rodríguez Vega usted definió que enfrentaría su nuevo cargo limitado, como un “pastor acotado”. Mucho porque asumió una Arquidiócesis plegada a la línea priista del ahora Arzobispo Emérito Emilio Berlié Belaunzarán. ¿Se sostiene esa tesis tres años después?

IF: Sí. Pero ahora lo observo en una situación más deplorable. Es literalmente un “pastor ausente”. Carece de imagen y carisma de peso y ha evadido combatir la enorme desigualdad económica y social que impera en la entidad pese a que el Papa lo eligió observando su potencial, por su origen de familia obrera.

De hecho, sus primeros mensajes o actos públicos como pastor indicaban que adoptaría una línea pastoral diferente a la dominante por décadas, más inclinada a lo social que al moralismo.

Recién presentó actualizado el Plan Diocesano de Pastoral aprobado a principios de la década de 1990 del siglo pasado, pero no encuentro en su concepción el cambio que se esperaba de su visión hacia una iglesia más social.

Pesa sobre él, por lo visto hasta ahora, esa propensión de la jerarquía católica local de acomodarse al sacramentalismo, al activismo integrista que por décadas han dominado elites y grupos católicos entremezcladas, mucho más ahora, con el poder político por el plus que ese simbolismo otorga.

Rodríguez Vega ha optado por no confrontar, ni siquiera en el discurso, al poderoso sistema religioso católico que se enmaraña a la clase política y domina el espacio público local y del que saca provecho la conservadora clase política local.

SAR: ¿Podría abundar sobre esto último? ¿Hay dos niveles de operación del catolicismo en la entidad?

Sí, uno “institucionalizado” que se impone desde el espacio público y los medios masivos (todos bajo control de la oligarquía católica) en alianza con el poder político y elites como refiero. Y otro “institucional” que es el de la estructura religiosa que gobierna formalmente el arzobispo, aunque a este se le nota básicamente desplazado por el primero.

Es tal el grado de la marginación que su imagen se ha ido diluyendo frente al hermanazgo yucateco que existe entre Estado y el discurso sacramental-asistencialista. Este desaparece todo discurso religioso o político que se salga o intente salirse del molde construido desde el poder y los ámbitos católicos influyentes, lo que incluye al jerarca en turno si este exhibe una línea alterna.

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Berlié era orgánico a esa lógica, su sucesor no tanto. Esos poderes lo tienen en la sombra, en el clóset. Un ejemplo es que prefirió nombrar o “delegar” en un clérigo tradicionalista de mucho olfato, cercano a grupos políticos del PRI, operador del anterior jerarca y con nexos con las elites católicas como es el obispo auxiliar Pedro Mena Díaz.

Este jerarca funge como la voz de la Arquidiócesis, fue un brazo operador del hoy Arzobispo Emérito, quien mantiene mucha influencia y posee una propiedad que envidiarían los poderosos de la Curia romana denunciados por los periodistas Nuzzi y Fittipaldi en sus recientes obras.

SAR: ¿Por qué lo eligió el Papa Francisco? ¿pensó que podía desplegar una línea pastoral diferente en Yucatán?

IF: Definitivamente. Me parece que lo hizo escuchando testimonios de voces locales de peso como monseñor Patrón Wong pero sin considerar que la estructura de influencia del catolicismo en la entidad es meta-eclesiástica, se sobrepone a la institución pues operan con una lógica de intereses mutuos para aspectos poco estudiados como son intereses empresariales, clientelismo mediante organizaciones definidas como “sociedad civil”, tapadera de prejuicios y demás abusos.

No es casual que ningún voz política local (sea hombre o mujer) exprese una opinión crítica de la Iglesia o de sus miembros, hacerlo podría implicar su muerte pública y política. Dulce Sauri por ejemplo jugó un papel clave para la visita papal de 1993 y no dedica, hasta donde se, una solo línea al episodio. Por algo será.

En Yucatán hay como ya dije una mezcla de un sacramentalismo con teología de la prosperidad muy peculiar. Rodríguez Vega se acerca al primero pero no al segundo, eso le ha permitido sobrellevar tres años, pero no como quisiera quien cuestiona con tanta vehemencia la tanta cercanía jerárquica con los faraones del poder o poderes mexicanos.

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Pienso que era otra la expectativa del Papa Francisco al designarlo para gobernar una sede históricamente usada como cementerio diocesano. Sobre todo por su origen social obrero y por el compromiso que manifestó en su paso como Obispo de Nuevo Laredo y como miembro de la CEM enfrentando y denunciando el clima de violencia generado por el narcotráfico en el norte del país.

Pero tres años después no parece que esté logrando configurar un discurso coherente por los pobres, menos un grupo sólido de sacerdotes comprometido con la pastoral más radical de Francisco. Existe la sensación de que Rodríguez Vega ha sido literalmente “empujado” a la “banca” por los poderes y factores mediáticos locales quienes por lo visto añoran las formas públicas y privadas de Berlié.

Ello para, bajo el viejo esquema del poder y las élites “dadivosas” con la sempiterna pobreza del medio, se evite que un discurso pastoral de mayor compromiso social con los pobres se despliegue en una zona por demás proclive, al punto de crear contrapeso real al sacramentalismo asistencialista y a la teología de la prosperidad que articulan con mucha finura grupos de las clases política, empresarial y sus respectivas organizaciones “civiles”.

SAR: ¿Quiénes y cómo se integran esos grupos y organizaciones civiles?

IF: Son sectores sociales que también pueden estar integrados o ligados al PRI y al PAN primordialmente, la gran mayoría han emergido de grupos diocesanos que reinventó en varias decenas Berlié en su segunda etapa de gobierno, aunque otras son muy antiguas, más de élite, formadas desde la época de Trischller como son los Caballeros de Colón, de donde surgió quien fuera abogado de Berlié, paradójicamente muy ligado al PAN al igual que su mujer la actual alcaldesa interina María Fritz Sierra.

Por eso en su articulación más reciente como grupo de presión jugaron un papel central además de Berlié y su abogado, también la ex gobernadora Ivonne Ortega, el actual gobernador y hasta el candidato del PRI a la alcaldía Víctor Caballero Durán.

Todos, desde una u otra lógica e intereses, acercaron al gobierno a esas agrupaciones y constituyeron redes de apoyo que evolucionaron a grupo de presión como la Red Pro-Yucatán, institucionalizándose de cierta forma con la creación de la Junta de Asistencia Privada de Yucatán (2012) ya que directa e indirectamente apoya a no pocas de las organizaciones que integran la primera.

Esas organizaciones presionan para definir a quiénes y por qué se apoya con dinero público para afrontar lo que ellos definen e imponen como problemas sociales de la familia, aborto, mujer, “ideología de género” y demás. Y quienes salen ganando al recibir o aparentar que reciben dineros públicos son las asociaciones de inspiración católica, así sean membretes de una o dos personas.

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Recordemos que fue con Ivonne Ortega en 2009, la más clara de las dobles caras del priismo local, cuando bajo presión de la entonces recién formada Red Pro-Yucatán, coordinados por Berlié y con diputados católicos priistas, panistas y del Panal, de confianza, acomodaron el art. 1 de la Constitución local a la visión del integrismo católico sobre la concepción de la vida y contra el aborto.

Se adelantaron en los hechos a los debates nacionales que implicaban aceptación de los matrimonios igualitarios, la definición de México como nación laica y demás. Líderes católicas inmersas en redes priistas y panistas influyeron para lograrlo, por eso ahora la Red Pro-Yucatán (RPY), que se dice sin serlo de la sociedad civil, presionan para que sus representantes aparezcan hasta en los debates electorales como si fuesen jueces supremos del instituto electoral.

SAR: ¿Qué es la Red Pro-Yucatán?

IF: Es una excrecencia del sui generis entrecruzamiento que existe entre el poder político y el poder religioso locales. Sus consignas y campañas recuerdan las luchas mesiánicas medievales, organizadas para reconquistar territorios cristianos contra los invasores sacrílegos, entonces los pueblos musulmanes.

Según ellos es tal la dimensión de la maldad que se ha adueñado de la sociedad yucateca que si no se hacen “Cruzadas” o “Rezos masivos” (por la familia, contra el aborto, por el matrimonio sólo entre hombre y mujer, etc.), los “buenos valores” definidos desde el catolicismo sucumbirán ante los que conciben como “malos valores” que han ganado mucho terreno, supongo entre estos últimos la libertad de conciencia, de asociación, de creencia, etc.

Pero yo veo a la RPY más como parte del poder que se pondera y pregona a sí mismo en la entidad que a la sociedad en general expresándose. En gran medida esta está en otra galaxia axiológica, dictada por las redes sociales con su peculiar pobreza de lenguaje, de ideas y de sintáctica, preñada de todo tipo de carencias además de una agresividad que tampoco puede juzgarse de ilustre y profunda.

Es una realidad que desde luego también inquieta al universo católico ya que, sin duda, quienes hacen uso intensivo de esa galaxia axiológica son precisamente los hijos de las elites católicas.

SAR: ¿Qué papel juega el Arzobispo en la definición de apoyos a esos grupos católicos?

IF: El actual pienso que muy poco, acaso palomeando una que otra acción, aunque debe congratularse que esos recursos fluyan a sus correligionarios y rebaño incrustado en la Red Pro-Yucatán. Así lo ha declarado. A fin de cuentas quienes sí influyen en la orientación, asignación y ejercicio de esos recursos son formalmente subordinados suyos, su rebaño, aunque en los hechos son más bien quienes mueven los hilos de las relaciones con los gobernantes toda vez que consiguen encargos como funcionarios o como representantes del gobierno para asistir a órganos internacionales para oponerse a los matrimonios gays, exponer su torpe y prejuiciada lectura sobre la equidad de género y demás.

Y en esas tareas vaya que dominan los grupos y sacerdotes cercanos al anterior arzobispo, por ejemplo el cura que organiza a las rezanderas de la 54 contra una clínica especializada en servicios de salud sexual, lo mismo que la editorialista integrista Ivette Laviada Arce. Todos están ligados a poderes y grupos mediáticos escritos y son muy tomados en cuenta por gobernantes, funcionarios y hasta cuerpos policíacos que dicen representar un Estado laico.

SAR: ¿Cómo se explica entonces, si los hay y de que tipo, los cambios impuestos por Rodríguez Vega? Por ejemplo es notorio que no ha otorgado importantes parroquias ricas a párrocos ricos, sino que ha colocado en esos espacios a clero local de origen indígena.

IF: Creo que han sido parte de acuerdos al interior o disposiciones que Rodríguez Vega ha tomado para llevar tranquilo su gobierno con las facciones y corrientes internas de la IC local, una muy fuerte por decir la berlineana.

Así como nombró a clero indígena en parroquias de clases altas, también ha enviado a curas ricos a “parroquias santuario”, es decir, aquellas en las que por su contexto popular de forma constante hay culto y actividades eucarísticas que reditúan ingresos estables a la parroquia y desde luego al párroco.

Así se vio con el famoso caso de la Caja Popular 29 de Mayo en Pacabtún, donde el cura Basto gozaba del apoyo irrestricto de un pequeño grupo parroquiano entre la que se encontraba su, vox populi, “amiga” más cercana. Después de cuatro años el cura Basto sigue desaparecido pese a que llevaba una agenda pastoral de importancia para el entonces arzobispo Berlié, pero mantiene el control de la Caja su grupo de apoyo.

Rodríguez Vega al parecer no ha movido el asunto cuando menos para debilitar al grupo parroquial que controla esa Caja. Esto sugiere que los contrapesos al interior de la estructura eclesiástica son muy poderosos.

Con Rodríguez Vega se observan otras tensiones, como la que se vivió en el Instituto Patria, siendo que no manejó con fortuna el dilema. Por eso no quisiera pensar que es parte de un “arreglo económico” en el que va de por medio no impulsar desde el propio poder diocesano a grupos ni a párrocos identificados con la teología de la pobreza, corriente con la que Rodríguez Vega exhibió estar más identificado en su arribo en 2015. No hay pues una reforma arquidiocesana como la que sí impulsa el Papa en la Santa Sede.

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A cambio, se dejan los espacios claves a grupos cercanos tradicionales como también se ceden las parroquias “atractivas” a los sacerdotes ligados a la teología de la prosperidad y a curas quienes han tenido vínculos con el poder político y con el gobierno.

Eso explica por ejemplo cómo un sacerdote siempre ligado al poder político, Lorenzo Mex Jiménez, es nombrado párroco en San Sebastián, un barrio históricamente ligado al PRI y de donde siempre emergen grupos operadores del poder en períodos claves como son los electorales.

SAR: Y ¿qué puede ocurrir con el nuevo pastor? ¿ascenderá más como Patrón Wong por ejemplo?

IF: Si continúa amarrado solo lo veo en una década alistando su renuncia canónica cuando cumpla 75 años, a menos que aproveche algún otro nexo con las cúpulas de la CEM. Después de tres años Rodríguez Vega parece incluso estar cómodo con su “enclosetamiento”.

Quizá está apoyando a uno que otro sacerdote inquieto o molesto con el grupo Berlié, dispuesto a ascender en la burocracia religiosa como en su momento hizo Berlié con Pedro Mena por ejemplo. Pero no despliega la pastoral que espera el Papa Francisco para, por ejemplo, definir una visita a Yucatán.

Difícilmente Bergoglio se fijará en él o en la Arquidiócesis (no se descarta por razones de otro tipo) para un encargo mayor en el Vaticano. La realidad muestra que el pastor titular, más allá de una u otra homilía en la que defiende a migrantes, carece de idea o de compromiso por transformar o adquirir protagonismo.

Creo que observa con cierto pasmo cómo el poder político y un sector de la iglesia yucateca se imponen en el espacio público y lo coartan como pastor. En lo personal lo observo muy lejos de la máxima del “hagan lío” de Francisco, incluso con exceso de timidez cuando no temor.

SAR: ¿Y finalmente Dr. Franco ve presencia e influencia del Papa en el próximo proceso electoral?

IF: Desde luego que sí, pero no para indicar por quien votar o no votar, aunque sí con agenda cargada del lado del candidato de Morena. Se ve a través del compromiso de curas como Raúl Vera y Alejandro Solalinde en materia de derechos indígenas en particular y derechos humanos como contra la violencia en general, ello sin descartar la enorme influencia que están teniendo los jesuitas de cara al proceso electoral y cercanos al Peje.

Obispo Raúl Vera, de visita en Mérida para una jornada de derechos humanos (Foto: Eduardo Vargas/LECTORMX.com)

Los casos de Vera y Solalinde son sacerdotes, uno de hecho obispo, cercanos a AMLO. Son muy escuchados o cuando menos seguidos por Francisco. Tienen el perfil de sacerdotes que quisiera para toda la IC el actual Papa, pastores con olor a ovejas y alejados de escándalos sexuales y pederastia, tal como muestra la grave crisis de la jerarquía chilena.

El V Arzobispo de Yucatán no parece tener el alcance intelectual ni la visión de curas radicales como Vera y Solalinde. Pienso incluso que de ganar la presidencia AMLO, en 2019 estará el Papa otra vez de visita en México. Creo que Francisco sigue de cerca y mira a ese movimiento en México (partido no es), como la probable llave para empezar a debilitar a la poderosa teología de la prosperidad que predomina en México y que pulula en la CEM, empezando por su titular.

Así ha actuado con este perfil de jerarcas, como respondió a Berlié o Norberto Rivera tan ligados a Tarcisio Bertone, a quienes casi en fast track les aceptó sus renuncias canónicas y los sustituyó por jerarcas con otro perfil, aún muy distantes de identificarse con la teología de la pobreza, la misericordia y la defensa del planeta como “nuestra casa” que define a Francisco.

Iván Franco Cáceres es doctor en Ciencias Políticas, especialista en el tema relaciones Estado/Iglesias y autor del libros “El PRI y sus Obispos”; “El caso Berlié” (2009), “Política y Religión en Yucatán” (2013).