Mérida, Yucatán.- Pese a constituir uno de los conjuntos arquitectónicos más representativos del patrimonio histórico de Paseo de Montejo y de la capital yucateca, las Casas Gemelas acusan problemas de deterioro, humedad, grietas y descoloridas fachadas por falta de mantenimiento.
Propiedades de Fernando Barbachano y Mario Molina Méndez, ambos edificios acusan el desgaste y daños por el paso del tiempo y la falta de trabajos de conservación, a diferencia de otros edificios de la emblemática avenida que muestran su belleza como el Palacio Cantón, la Casa Minarete y la Quinta Montes Molina, entre otros.
Turistas nacionales y extranjeros, así como residentes, lamentan no sólo la falta de acceso a los inmuebles, sino el paulatino desgaste de ambas, inauguradas el 24 de diciembre de 1911.
Los hermanos Ernesto y Camilo Cámara Zavala trajeron desde Francia los planos para la construcción, también conocidos como Casas Cámara, cuyos trabajos estuvieron bajo el mando de Manuel Cantón Ramos, el mismo que tuvo a su cargo el Palacio Cantón, que alberga al Museo Regional de Antropología.
Las afectaciones se observan a simple vista en las fachadas, que presentan la pérdida de color debido a la humedad y la radiación solar, estado que se repite en las partes laterales y posteriores de los dos conjuntos de base cuadrangular.
En la estructura norte la mirada se detiene en el abandono de balcones rematados con hierro forjado, uno de ellos incluso presenta musgo y hierba crecida. Prácticamente todos los pasillos en lo alto presentan humedad en cornisas, pisos y otros ornatos.
La falta de mantenimiento ha causado estragos en puertas y ventanas, así como en las escaleras de acceso del lado trasero, con paredes descarapeladas con manchas negras propias del moho.
Pese a los esfuerzos de mantener la jardinería y las áreas verdes en el exterior de la casa norte de la empresaria restaurantera Maruja Barbachano, la joya del patrimonio histórico ya presenta daños que requieren la intervención de expertos en preservación.
El daño mayor se observa en la parte superior lateral izquierda del edificio, donde la balaustrada decorada con jarrones corre peligro por una pared de ladrillos en situación aparente de reblandecimiento con riesgo de derrumbe.
En la propiedad de Mario Molina también se observa un notable deterioro en la esquina superior izquierda, cuyas paredes ya perdieron color y se notan desprendimientos de piedra.
Pese al interés de la señora Maruja Barbachano de conservar los edificios como parte del patrimonio cultural del Centro Histórico de la Ciudad de Mérida, es decir que sean los propios ciudadanos quienesconserven y admiren su belleza arquitectónica exterior e interior, es evidente que no ha dado un paso adelante cuando menos en su conservación.
El interior de la casa norte también presenta desgaste por la falta de mantenimiento, particularmente la cocina ubicada a desnivel con el mobiliario, canceles, mesas y sillas, incluyendo los corredores de habitaciones y balcones.
Otrora escenarios de fiestas palaciegas, incluso residencia temporal de la actriz Grace Kelly, la señora de Jacqueline Kennedy y el príncipe Rainiero III, esos edificios reclaman, como testigos mudos de la historia del Siglo XX y XXI, su restauración y conservación, así como su apertura al público como patrimonio cultural.
(Jesús Mejía)