Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- En lo que constituye una de las mayores afectaciones al patrimonio cultural del mundo, el incendio de la Catedral de Notre Dame de París, podría haber dañado diversas capillas, entre ellas la dedicada a La Virgen de Guadalupe, ícono del catolicismo y Patrona de América.

Por la magnitud y duración del siniestro, se intuye que las pérdidas son considerables de acuerdo con las imágenes proyectadas, aunque aún falta la evaluación oficial por parte de las autoridades eclesiásticas y del gobierno francés.

La preocupación por la pérdida del patrimonio es internacional. El espacio que cedió la Catedral de Notre Dame a la Guadalupana se denomina “Capilla de la Santa Patrona de México y las Américas”.

La imagen es una reproducción donada en 1949 por el gobierno mexicano y los talleres de El Vaticano, año en que también le fue ceñida la corona.

Objeto de culto en América y en otros países del mundo, la Guadalupana es venerada el 12 de diciembre de cada año también en una de las capillas del portento arquitectónico de estilo gótico construido hace casi siete siglos, sede actual de la Arquidiócesis de París.

Como templo de culto católico romano, la Catedral de Notre Dame enclavada junto al río Sena es una de las más visitadas del mundo por el turismo internacional.

En el sitio, la Virgen de Guadalupe acapara la atención de los visitantes, en un corredor de capillas en las que también se encuentra el Señor de Los Milagros, el Santo Patrón de Lima venerado desde 1687.

Representantes del sector turismo calculan que París recibe al año entre 60 y 70 millones de visitantes, en tanto que el principal santuario de la Virgen Morena, la Basílica de Guadalupe, es concurrida por unas 20 millones de personas, con la diferencia de que en el primer caso son esencialmente turistas y en el segundo caso se trata de creyentes o devotos.

Lectormx pudo constatar en una visita a la Catedral de Notre Dame las centenares de veladoras encendidas en advocación a la Virgen de Guadalupe y el interés que suscita entre los visitantes, sobre todo latinoamericanos, mientras que los mexicanos la reconocen como parte de su identidad y de sus profundas creencias religiosas.

(Jesús Mejía)