Por: Adela Mac Swiney González.

Gijón, España.- Si la novela negra no cuenta un tiempo y un lugar de forma realista es una basura, advirtió el escritor y periodista Javier Valenzuela al presentar en la XXXII edición de la Semana Negra de Gijón su novela “Pólvora, tabaco y cuero”, un libro ambientado en el Madrid asediado por las tropas franquistas.

En la llamada Carpa del Encuentro del certamen literario, resaltó que la novela negra debe contar las historias desde el punto de vista de la gente, no de los poderosos, “porque si no, no sirve para nada”.

Valenzuela, quien además de nueve libros periodísticos ha escrito tres novelas, muestra en “Pólvora, tabaco y cuero” la forma de vida, tan precaria como solidaria, de los habitantes de Madrid en unas fechas tan cruciales en las que hay hambre y escasez, pero también un espíritu fraternal que llegó a provocar las envidias de otras sociedades.

Para el escritor, nacido en Granada, escribir la novela también era una forma de rendir un homenaje a Madrid, una ciudad que es generosa, dijo, con toda la gente que llega de cualquier parte del mundo, pero además, rendírselo en su momento más negro, aquel tiempo en que, como dijo Antonio Machado, sobrevivía “con plomo en las entrañas”.

“Madrid era la referencia mundial de heroísmo y valory todo mundo seguía el famoso ‘No pasarán’”, apuntó en referencia al lema que fue usado por la República Española en el asedio de Madrid.

Para explicar como pudo narrar en esta novela el universo consuetudinario del Madrid en guerra, relató que leyó muchos libros para ello que le llevaron también a la desagradable sorpresa de que la historiografía española habla de los grandes personajes de la guerra civil, de los grandes momentos pero poco habla de la vida cotidiana.

“Tuve que leer mucho para saber cómo vivía el Madrid cercado en el año 36; la novela negra es la radiografía de un tiempo y de un lugar y si no hay la vida cotidiana no hay novela negra”, insistió tras recordar La Habana de Leonardo Padura o Los Ángeles de Raymond Chandler y James Ellroy.

Valenzuela destacó también que la novela negra, “el noir”, fundado por Dashiell Hammett o Raymond Chandler no tiene a funcionarios de Estado, a guardias civiles, policías federales como sucede con muchas que se hacen en España.

“Me parece que en lugar de hacer una descripción de la ciudad, lo que hacen estas novelas es mandar un mensaje de que el Estado los protege y los defiende, pero la novela negra debe ser de crítica, de denuncia social y tiene que ser protagonizada por gente antisistema, independiente, rebelde”, concluyó.