Mérida, Yucatán.- Una especialista en Tanatología planteó la necesidad de inculcar desde la educación inicial y básica la noción de que es normal la muerte, tema que sigue siendo un tabú en la sociedad, la cual ha dado muestra de que no está preparada para elaborar el duelo.
La tanatóloga Reyna Gómora Muñiz expuso que las enfermedades terminales y la muerte de un familiar querido serían menos perjudiciales en lo físico y emocional para los deudos de contarse con una cultura arraigada sobre la naturaleza de la muerte.
Mencionó que desde el kínder y la primaria, así como se habla de fotosíntesis y se dice que una planta nace crece, se reproduce y
muere, también el ser humano pasa por esos estados, incluso el de la defunción, concepto con lo que los niños ya podrían identificar lo que es finito.
“Los niños tienen el derecho a saber que van a perder a las personas que amamos y los adultos no solemos hablar de ello”, recalcó en su exposición de manera previa al taller de Tanatología que ofrecerá el próximo jueves 18 de julio a las 19:00 horas en el Club Libanés de Mérida.
La psicóloga egresada de la UNAM y conferencista en centros de atención médica, reconoció que son problemas muy serios la depresión y los suicidios en la sociedad yucateca, por lo que es importante tender puentes de solidaridad, comunicación y asistencia especializada a personas depresivas.
Consideró necesario evitar mitos, tabúes, miedos y desinformación en torno a la muerte, y sugirió a las familias hablar de ello sin temor alguno, aprender a identificar qué es eso que sucede cuando hablamos de pérdida de un ser querido.
La titular de diplomados en Tanatología en centros de educación superior compartió que los mexicanos carecemos de una cultura de la prevención, ya que a pesar de saber que la obesidad y la diabetes causan estragos y perjuicios a la salud, no lo evitamos y lo mismo sucede con la muerte.
Se pronunció por impulsar la educación tanatológica, hacer a un lado concepciones individuales equivocadas y acercarse a grupos de ayuda, a especialistas, en los casos en que persisten sentimientos de pérdida que afectan la salud física y mental de las personas que sobreviven a la muerte de un ser querido.
Igual sopesó que los servicios médicos a cargo de profesiones deberían incluir en su interrogatorio inicial a los pacientes el preguntar si hay un duelo, ya que en muchas ocasiones se atiende la sintomatología en los consultorios sin identificar que hay una causa más profunda que la provoca.
(Jesús Mejía)