Probablemente has oído hablar de la psoriasis, una enfermedad inflamatoria crónica, no contagiosa, que afecta a cerca del 2% de la población mundial.
Ricardo Romiti, coordinador del Ambulatorio de Psoriasis del Hospital de las Clínicas de la Universidad de Sao Paulo (USP) explica que la afección aparece generalmente entre los 20 y los 30 años, en ambos sexos, y suele persistir toda la vida, con períodos de mejora y empeoramiento.
Su causa es multifactorial, y tiene que ver con la predisposición genética.
“Cerca de un tercio de los pacientes tiene algún familiar que padece el problema, y no necesariamente se transfiere de padre a hijo. Lo más común es que se manifieste en otras generaciones”, explica el médico.
Varios factores ambientales también pueden ser el desencadenante para el padecimiento o el agravamiento de la patología.
Son por ejemplo el estrés, el frío, el consumo de algunos medicamentos (antidepresivos y antiinflamatorios, por ejemplo), infecciones, en especial de la garganta, tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
Y también está la interferencia del sistema inmunológico en el desarrollo de la patología.
La explicación es que los linfocitos (las células responsables de la defensa del organismo) liberan sustancias inflamatorias que atacan a las células cutáneas saludables, lo que hace que se produzcan en grandes cantidades y tengan su ciclo evolutivo temprano.
“En una persona sana, la capa más superficial de la piel madura en aproximadamente un mes. En las personas con psoriasis, este ritmo se acelera y el resultado es la descamación”, indica Romiti.
(Información completa: bbc.com/mundo)