Mérida, Yucatán.- Una raya más al tigre… otra cancelación en Yucatán a causa de la pandemia de la Covid-19: la quema del muñeco del año viejo más grande de Yucatán y del Sureste. en la noche del 31 de diciembre, en honor al pequeño Irmin Gaspar Guerrero Dzul.

La razón puede sonar “fácil”: evitar la aglomeración de personas y el riesgo de contagio que esto implica, pero detrás está la difícil decisión de romper la promesa de un padre ante el lecho de muerte de su primer hijo.

Porque el muñeco de año viejo más grande del estado ya estaba en camino, pero tan solo pensar en que Irmin se fue del mundo terrenal a causa de una enfermedad viral como la que hoy tiene en jaque a la humanidad hizo reflexionar a Julián Guerrero Medina, su padre, quien decidió hacer un alto.

Aunque  no se cansó de buscar formas de cumplir la promesa, la prudencia prevaleció, sobre todo después de ver lo que había ocurrido con otros eventos masivos relacionados con las fechas, donde la gente se aglomeró y se expuso al contagio del nuevo coronavirus.

“No fue una decisión fácil no terminarlo… Pero, al final, fue por sentido común: el origen del viejo es porque una enfermedad que nos quito a mi hijo, y no tendríamos perdón si, por esa promesa, alguien de la familia o de cualquier otra pudiera sufrir por nuestra culpa, ya sea directa o indirectamente.

Este “avance” llevaba el Año Viejo de 2020. (Foto: cortesía de Julián Guerrero Medina)

Por eso, llevar a cabo por 12° año consecutivo la quema del muñeco “gigante” -que el año pasado “rozó” los 6 metros de altura” -puso en una encrucijada a la familia de Irmin, pues, si bien don Julián pensó que el homenaje valía todas las penas del mundo, no valía una vida más. No otra. Ya no. Y el muñeco gigante se quedó ahí, a medias, como un recordatorio de que este año nos pidió -quizás nos obligó- a todos a detenernos.

Así, Irmin, quien hoy, 11 de diciembre, cumple 23 años y lo celebra en el mundo celestial, no verá las luces destellantes del muñeco de año viejo que siempre deseó, pero distinguirá las luces prendidas de la vida de muchos niños y sus padres que, como él, Julián y Martha, tan sólo desean, en estas fechas, abrazarse…

El muñeco de 2020 se quedó a medias, una imagen elocuente de un año atípico