Por Adela Mac Swiney González

Gijón, España.- Con un llamado de “¡A la calle que ya es hora!, la Semana Negra de Gijón arrancó hoy su XXXIV edición con la presentación de la quinta novela del actor, guionista y escritor español Carlos Bardem, “El asesino inconformista”, una sátira sobre una sociedad psicopática y la impunidad.

Antes de volar a Colombia, donde estará para el rodaje de una serie de cuyos detalles no quiso hablar, Bardem presentó su novela en la Carpa del Encuentro de este festival literario que sin dejar de cuidar las restricciones pandémicas empieza a volver a ser lo que fue antes del Covid-19, con presentaciones con público, venta de libro, mercadillo y gastronomía.

Tras el premio “Espartaco” a la mejor Novela Histórica que obtuvo el año pasado en esta Semana Negra de Gijón con “Mongo blanco”, que ya fue editada en México bajo la colección popular del Fondo de Cultura Económica (FCE) y que podría ser adaptada para una serie, el escritor aseguró que escribió “El asesino inconformista” de manera compulsiva durante el confinamiento con la intención de “incomodar al lector” para que “reflexione” sobre la justificación de la impunidad como factor determinante de una sociedad psicopática.

“Esta novela de alguna manera es una sátira y como todas las sátiras, es por momentos divertida y por momentos muy cruel, es una sátira sobre nosotros, es una sátira sobre nuestro país, sobre nuestra sociedad, sobre la corrupción política, sobre la impunidad; todos tenemos la sensación de que hay una serie de personas que eluden la justicia, o la justicia nunca les toca, o se saltan la justicia, o cuando les alcanza la justicia, lo hace de una manera muy leve”, dijo.

Insistió en que en la génesis de “El asesino inconformista” hay una rebelión o un grito contra la impunidad, en cualquier esperanza apocalíptica, ya sea milenarista, religiosa, o ya sea una apocalipsis individual como la que se puede dar entre el asesino protagonista y sus víctimas, una esperanza consolatoria, de destruir lo viejo, lo podrido para crear un mundo nuevo.

En la novela, Fortunato es un asesino a sueldo, culto, elegante y discreto y cuando se le encarga que elimine a una política corrupta, recuerda su infancia y juventud, cómo sintió crecer la violencia dentro y qué hizo para controlarla y usarla, según él, en beneficio propio y de los demás. No obstante, esta educación sentimental es solo el principio de un viaje que le llevará por los escenarios más oscuros y violentos de la sociedad y le hará replantearse su papel en ella.

Bardem aseguró que como todas las novelas negras, es un fresco social en el que se le fueron imponiendo otros temas. “Esta es mi quinta novela ya pero vivo con una obsesión y es que ninguna de mis novelas se parezca a las anteriores, me horrorizaría ser de esos autores que están permanentemente escribiendo el mismo libro y lo único que cambian son las portadas y los títulos”, apuntó.

Subrayó que eso le condena, le aboca, a algo de lo que es partidario en la vida, en lo social, en lo político y en lo literario, que es el mestizaje. “Yo creo que las sociedades mestizas son mejores, el mestizaje mejora siempre lo que hay, por lo tanto yo soy partidario del mestizaje de géneros en la literatura, no me interesa tanto encasillarme tanto en los códigos concretos y férreos de un género sino utilizar esos códigos para subvertirlos y acabar escribiendo una novela que no tenga nada que ver con eso”.

La XXXIV edición de la Semana Negra de Gijón, ciudad del norte de España, dio comienzo hoy en esta ciudad del norte de España y concluirá el próximo domingo 18 con la presencia de autores como los mexicanos Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica de México; Fritz Glocker; la argentina Claudia Piñeiro y las españolas María Dueñas y Rosa Montero, entre otros.

El director de contenidos de la Semana Negra de Gijón, Ángel de la Calle expresó que desgraciadamente, en este julio de 2021, “aún no estamos en la condición sanitaria de poder volver al formato habitual de la Semana Negra, pero tampoco este es un festival que se repita o duerma en los laureles y si el año pasado era el de la resistencia, este es año de combatir”.

Aseveró que “¡A la calle, que ya es hora!” es un lema poético y de declaración de intenciones, pero eso sí, en la calle con las máximas medidas sanitarias, de aforos, de distancia y de atención, de mascarilla y gel hidroalcohólico.

“Serán diez días de narrativas divertidas y reflexivas, de poetas y periodistas, de ensayistas y profesores que saben divulgar, de novelistas intrépidos y libros calmos. Pura Semana Negra, en formato segundo año de la pandemia”, concluyó.

(LectorMx)