Por Jesús Mejía
Mérida, Yucatán.- Cuando el arte llama, las diferencias desaparecen y esto ocurrió en un emotivo concierto de música sacra, que alcanzó grados sublimes, ofrecido por dos coros, uno de Guanajuato y el otro de Yucatán, en la interpretación conjunta del Réquiem de Gabriel Fauré en el centro histórico de esta capital.
El Templo Expiatorio de Nuestra Señora de la Consolación, mejor conocido como de Las Monjas, salió de su letargo, del silencio en sus paredes para darle a los asistentes música sacra del más alto nivel interpretada por el coro Artifex Sui de Celaya y el Coro de la Ciudad de Mérida que dirigen Aremy Sánchez y Nidia Góngora, respectivamente.
La velada musical reunió a cerca de un centenar de personas que atendieron con la solemnidad de un Réquiem o misa para difuntos, pero también con viva emoción las siete partes a cargo de tenores, barítonos, sopranos y mezzosopranos en este recital organizado dentro de la Semana Cultural Guanajuato-Yucatán 2024 que este sábado llega a su fin.
El Réquiem de Gabriel Fauré (1845-1924) es una de las obras más conocidas y apreciadas del compositor francés. Compuesta entre 1887 y 1890, esta pieza de música sacra se caracteriza por su atmósfera serena y contemplativa, alejada de la solemnidad y dramatismo de otros réquiems como el de Mozart y el de Brahms.
Fauré se enfocó en expresar la esperanza y la paz, en lugar del miedo y la culpa. La obra, que fue desarrollada en siete partes o movimientos con duración aproximada de 35 a 40 minutos, es considerada una de las composiciones más bellas y espirituales del repertorio de la música religiosa.
De esta manera, los coros se enfocaron en transmitir una sensación de esperanza y paz, en lugar del dramatismo y solemnidad típicos de otros réquiems. Mediante una atmósfera más serena y contemplativa, lograron subyugar al público asistente al edificio colonial, cuya sobriedad franciscana armonizó con la música.
El rector Justo Dante Ceballos Uc, rector del templo, dio la bienvenida a la concurrencia, que primero escuchó canto gregoriano y posteriormente tres Ave María conmovedoras de diversas épocas, de Tomás Luis de Victoria, Orlando Arreguín (un compositor de Celaya) y de Benedictina Ildgegarda Bingens.
Luego, la parte estelar, el Réquiem decimonónico del autor francés, cuyas partes solistas alternaron los barítonos Antonio Catellán y Raziel Rizo, del conjunto guanajuatense, y la soprano Oribel Angulo Góngora, cuya voz prístina desarrollada en 47 años de arte lírico de trayectoria, le valieron intensos aplausos.
Destacó la labor de dirección tanto de la maestra visitante, Aremy Sánchez Teyer, así como de la profesora Nidia Góngora, que le dieron al fraseo coral los matices y la intención del compositor, lo que hizo posible la comunicación espiritual y estética con el público.
Al final, el abrazo fraterno entre los cantantes, el gusto por compartir el arte del canto, las emociones del momento y la experiencia de vida que representan estos conciertos de música sacra.
El pasado jueves Eremy Sánchez y el conjunto lírico Artifex Sui (Artífice de su destino) dejaron su impronta en la Iglesia del convento franciscano de San Antonio de Padua en Izamal, donde presentaron un repertorio amplio de Ave María, una de las evocaciones musicales y religiosas más numerosas de la historia.
Edgard Sulú, director de la Semana Cultural Guanajuato-Yucatán 2024 –que concluye hoy con un recital de Homenaje a Juan Gabriel en el Palacio de la Música–, dio la bienvenida a este tipo de colaboración artística, por lo que invitó a los funcionarios estatales y federales a conjugar esfuerzos para la difusión de la cultura y las artes, que tanta falta le hace al país.
(LectorMx)