Cancún, Quintana Roo.- Al cumplirse un año de iniciada la lucha en defensa de la flora y fauna en el Malecón Tajamar, los actores principales discrepan en las formas, pero no en el fondo.
Bajo presión política, celos personales, las naturales desconfianzas, los intereses particulares y las amenazas de división, las agrupaciones civiles llegan a su primer aniversario.
Algunos de sus más conocidos dirigentes difieren hasta en la pertinencia de celebrar o no el comienzo de la movilización aquella madrugada del 30 de julio de 2015.
Otros cuestionan los protagonismos y el lucimiento en nombre de todos, en particular tras el momento álgido que se vivió el 16 de enero del presente año, con la irrupción de maquinaria pesada que arrasó con animales, desmontó y rellenó humedales.
“Todavía estamos en juicio”, explicó Araceli Domínguez Rodríguez, vocera de “Salvemos Manglar Tajamar”.
“El lugar está todavía bajo (resguardo), en lo que los jueces determinen, una vez que los amparos, los juicios de amparo que se están llevando a cabo se terminen, lo cual todavía tomará varios años”, planteó.
Al definir que la lucha la observa “muy bien posicionada”, se congratuló con que la vegetación se esté reponiendo y repoblándose los predios con aves, unos 20 cocodrilos y otro tipo de ejemplares.
“Ya se ve verde, se está recuperando de manera natural”, describió.
También destacó que se ha sentado un precedente nacional muy importante.
“Yo creo que la lucha de Tajamar dejó bien claro que no puede haber ningún cambio o avance en contra de los manglares, sino por el contrario a favor de que se protejan lo más posible, porque ahora conocemos con mucha precisión su verdadero valor en términos de lo que es el cambio climático”.
Isabel González Gliennie, de la misma asociación, informó que el próximo lunes presentarán un juicio de nulidad contra el resolutivo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que exoneró al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
El 7 de junio, Profepa dictaminó que Fonatur cumplió las condicionantes establecidas en la ley durante la abrupta incursión en los terrenos, hace más de seis meses.
En 641 páginas, Profepa sólo 8 destinó a desvirtuar las pruebas de los ciudadanos, ironizó la abogada.
De nada valieron los documentos aportados por mil 180 firmantes, uno de los cuales representaba a otras cuatro mil 333 personas.
“Estás hablando de una cantidad fuerte de ciudadanos denunciando y que presentaron diversas pruebas”, recriminó.
Fueron desechadas evidencias fotográficas, notas periodísticas, enlaces de internet, una pericial y una fe de hechos sobre las presuntas anomalías.
Según el análisis del equipo jurídico, casi todo el resolutivo está destinado a la justificación de la actuación de Fonatur, a pesar de que está basada en un 80 o 90 por ciento en actas de 2005-2006.
En tanto, Roberto Villalobos, presidente de “La Tierra Nuestra Casa”, deploró que la lucha se haya estancado.
“Yo considero que se encuentra empantanada por la poca acción de las autoridades, por la corrupción y de que se pasan la bolita entre ellos”, argumentó.
“Falta mucho tanto en lo legal como en la conciencia ciudadana para poder hacer de Tajamar una victoria”, aceptó.
Sin embargo, opinó que se ha avanzado mucho y que las instancias judiciales están favoreciendo de gran manera a los ciudadanos.
“¿Qué celebramos, la impunidad de Fonatur, la destrucción del manglar Nichupté? ¿Estaremos de fiesta por la pérdida del hábitat de montones de especies”?, preguntó posteriormente en un chat.
“Para mí es un año de resistencia, de vergüenza, de impunidad. La palabra celebración, a mí se me hace que no encaja todavía”, compartió.
Carlos Gamboa, representante legal de ese colectivo, exaltó la participación de estudiantes, amas de casa y personas mayores en las guardias permanentes desde aquel 16 de enero.
“Nosotros seguimos todos los días al pie del cañón, no como otros grupos que sólo presumen que tienen campamentos, ya sin gente”.
Comentó que “La Tierra Nuestra Casa” ha logrado cinco suspensiones definitivas, sin fianza, y 16 suspensiones provisionales contra las obras en Malecón Tajamar.
En ese contexto, confió en una sentencia positiva en el caso.
“Creo que muy pronto; no te puedo decir mañana, 15 días, un mes, pero ese día se está aproximando demasiado. Ya el habernos otorgado las suspensiones definitivas, pues es un 90 por ciento de que ya vamos ganando; está ganado…”.
Refirió que el objetivo último es que Tajamar se conserve, vuelva a ser reforestado y se convierta en parque ecológico, es decir, que se cancele el megaproyecto turístico, comercial y residencial que Fonatur.
En la divergencia y en un escenario incierto, los líderes del movimiento coinciden sin titubeos: la pérdida de manglar afecta derechos a un ambiente sano y que en el tema debe prevalecer el interés público por encima del privado.
(Fotos: facebook “La Tierra, Nuestra Casa”)