Mérida, Yucatán.- Son héroes, pero anónimos, desconocidos, los que combaten al fuego y arriesgan incluso su vida para salvar de la devastación ecosistemas completos, reservas naturales de flora y fauna: los brigadistas contra incendios forestales.
“Es triste encontrar venados, aves y otros animales totalmente quemados. Plantas y flores destruidas por el fuego”, lamenta el experimentado brigadista Luis Arturo Gómez Parra sobre las consecuencias de los siniestros que cada año arrasan cientos de miles de hectáreas de vegetación y fauna.
Menciona que poca gente se ha acercado a preguntarles de su labor especializada sobre apagar incendios y prevenir la destrucción para proteger la fauna, la flora, la riqueza natural del país, que es importante, dice, para la preservación de los ecosistemas.
“En Yucatán esta tarea de apagar incendios es más difícil que en otras zonas del país. Aunque no hay bosques, el tipo de vegetación, las áreas de pantano, de mangle y las altas temperaturas hacen más pesada la tarea”, comenta el “tragahumo” yucateco, quien comparte en una charla parte de sus 20 años de experiencia.
“Mucha gente cree que es fácil. No tiene idea de lo que difícil es ciertos terrenos de difícil acceso como los pantanos, en los que se funde lo vivo de las plantas y raíces con lo muerto”, comenta respecto su actual participación en el incendio que se ubica en las inmediaciones del litoral de Dzilam con San Felipe, donde el fuego ha devastado más de mil 500 hectáreas
Vestido de amarillo, el uniforme de tela protector especial para evitar quemaduras de primer grado, con los logotipos de Semarnat (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales) y CONAFOR (Comisión Nacional Forestal), expuso que la prioridad en Dzilam es evitar que el incendio se vaya a sitios donde hay más plantas y animales.
“Nos metemos a la vegetación, alta, espera, con los marinos y los soldados, quienes, aunque están entrenados a estar en sitios de difícil acceso, terminamos deshidratados, cansados, pero con el compromiso de que tenemos que parar el incendio”, expone el brigadista capacitado en Canadá y Estados Unidos.
“Lo importante en estos 20 años de labor que llevo es que no se ha muerto nadie. Lo fundamental es garantizar la seguridad y salvar a los compañeros que puedan estar en situación de peligro. Es lo primordial”, añade respecto de los riesgos de enfrentar un incendio de proporciones, capaz de dispersarse a cualquier parte.
(Jesús Mejía)