Mérida, Yucatán.- “En el Sureste no hay fiesta sin guitarra, no hay trova sin guitarra”, señaló Álvaro Vega Díaz. Su hermano, Ricardo, añade que es el instrumento por excelencia de la canción yucateca.
Y un digno representante de la identidad musical de Yucatán es el compositor yucateco Enrique “Coqui” Navarro, cuyo sonido trascendió fronteras y logró éxitos en la música popular del siglo pasado.
Hoy, el legado del artista continúa con la presentación del libro “22 obras para guitarra sola”, coordinado por la también cantante Maricarmen Pérez. La edición incluye partituras de creaciones del compositor realizadas entre las décadas de los setenta y ochenta, grabados de manera casera en 1989. El lugar que inspiró la elaboración de las melodías fue Nueva Orléans.
Según reveló Pérez, un médico de la ciudad estadounidense le reveló al música que por tener dañado un nervio podría perder la movilidad, así que le recomendaba grabar lo más que pudiera antes de cualquier hecho que pudiera ocurrir.
La influencia de “Coqui”, oriundo de Progreso, en las nuevas generaciones queda comprobada con la participación en la revisión y transcripción del joven guitarrista Robbin Blanco, cuya habilidad como músico lo ha llevado a presentarse en foros internacionales.
“Medio tiempo”, “Arabia”, “Helguera”, “Capricho en do mayo”, “Remolino”, “Rosa”, “María”, “Viaje espacial”, “Noche azul”, “Tormenta”, “Capricho maya”, “Viaje por mar” y “Medio tiempo” son algunas de las canciones que incluye el ejemplar, en las que se observa el interés de Coqui en la música de tradición europea pero también hay un acercamiento a la danza renacentista, afirmó Álvaro Vega.
“22 obras para guitarra sola” fue presentado por Enrique Martín Briceño, director de la ESAY, los hermanos Ricardo y Álvaro Vega Díaz y Jorge Cortés Ancona. El libro se puede adquirir en las oficinas de la Sedeculta.
(María del Mar Boeta)