Mérida, Yucatán.- A casi ocho meses de la más reciente perforación en el Cráter de Chicxulub, científicos mexicanos resolvieron una de las grandes interrogantes relacionadas con la formación del anillo de picos, ubicada en la parte central de esta gran cicatriz originada hace 65.5 millones de años.
“Esta formación geológica es consecuencia del levantamiento central de rocas profundas del subsuelo, que en el caso de la Península de Yucatán, el efecto de rebote sacó material lítico de tipo granito, el cual estaba a una distancia de entre 15 a 20 kilómetros de profundidad”, dijo el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Jaime Urrutia Fucugauchi.
De acuerdo con los estudios, esta formación montañosa tiene un diámetro de hasta 90 kilómetros, aunque la distancia varía con respecto al centro del mismo, formado minutos después del impacto del asteroide.
Fue tal la presión que provocó el bólido de unos 10 kilómetros de diámetro, explicó, que deformó las rocas en cuestión de segundos al mismo tiempo que formó estructuras montañosas de hasta 400 metros de alto.
“Antes eran numerosas las teorías que se tenía sobre dicho estrato de forma circular, entre la más aceptada era que el material lanzado vuelve a caer y forma un pico, y lo mismo ocurría con la parte periférica de un cráter”, acotó en conferencia de prensa.
Mencionó que a nivel terrestre, el Cráter de Chicxulub es el único de su tipo, pues tiene un anillo de picos, ya que las demás estructuras que están en el planeta están muy deterioradas.
En la Luna, así como en Marte y otros planetas del Sistema Solar presentan este tipo de oquedades.
Con ello, compartió el primer resultado de la “Expedición 364 Cráter de Chicxulub K-Pg”, cuya perforación en el lecho marino de Yucatán inició el 8 de abril de 2016.
Pese a haberse despejado una de las principales dudas, aunque aún faltan varias por resolver.
Citó el caso de la temperatura y la presión que se generó al momento del choque, el volumen de roca que se volatizó y expulsó, entre otras interrogantes.
Así se conjuntan diversas evidencias que ocasionó la mega colisión, como la formación del anillo de cenotes, la circulación del agua subterránea, la intrusión marina en diversas partes del cráter, y ahora, las rocas profundas que forman parte del sistema montañoso.
Urrutia Fucugauchi planteó que la presencia del cráter en el subsuelo de la Península de Yucatán es uno de los factores mayores en el flujo de agua subterránea en la región, a través de los patrones de fracturamiento y deformación en las secuencias carbonatadas.
El experto anunció que en abril de 2017, el barco de la UNAM “Justo Sierra” efectuará un mapeo de detalle del fondo marino, abarcando el Oeste de la parte terminal del Cráter de Chicxulub y el borde la plataforma.
De esta manera, se tendrá información del sitio ideal para la próxima perforación, aunque no especificó fecha alguna, ya que son numerosos los factores a tomar en cuenta.
En el aspecto del financiamiento, refirió que sólo la perforación efectuada frente a la costa de Sisal tuvo un costo de 15 millones de dólares.
Remarcó que en los proyectos en marcha se investigan los procesos de sedimentación, la evolución climática durante el Paleógeno, los acuíferos subterráneos y la evolución de la península con los cambios del nivel del mar.
MÁS INTERROGANTES
Por su parte, la investigadora del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ligia Pérez Cruz, externó que otra de las grandes interrogantes es cuánto tiempo transcurrió para que la vida volviera en la zona de impacto, así como la recuperación del hábitat del planeta.
Aclaró que con núcleo de roca extraído durante la perforación se busca conocer que pasó en los 10 millones de años siguientes, y el tipo de vida que pudo repoblar, fueran bacterias u hongos.
Al mismo tiempo se estudia el evento máximo termal que se registró en el Eoceno-Paleoceno, por lo que se tiene 600 metros de material lítico con diferentes tipos de granitos.
Los paleontólogos estudiarán los microfósiles con un minucioso análisis molecular del ADN y el ARN, y cuyos cultivos se harán en Inglaterra y Australia.
De avanzar a buen ritmo los estudios correspondientes, al menos en abril de 2017 se tendrían respuestas a dichas interrogantes.
Adelantó que en el análisis superficial del material permitió la detección de extremófilos, organismos que vive en condiciones extremas, que estaban a una profundidad de mil 250 metros.
Además, aseveró que a consecuencia de la colisión del Cretácico – Terciario acabó con el 75 por ciento de la biodiversidad, lo que provocó la extinción de los dinosaurios, así como de otras especies marinas y terrestres.
Entre los que lograron subsistir están los cocodrilos, diversas especies de mamíferos, los helechos y plantas con flores, entre otros.
“Este es uno de los eventos mayores de la evolución de la vida en el planeta, que permitió la diversificación de los mamíferos y eventualmente de los primates y los humanos”, resumió.
(LectorMx)