Cozumel, Quintana Roo.- Germán García Padilla, dos veces presidente municipal de Cozumel, falleció hoy en esta ciudad.
El primer alcalde de la isla dejó de existir en el Centro Médico de Cozumel, donde era atendido de una dolencia que terminó por quitarle la vida.
A propósito del deceso, el periodista Ernesto Arévalo Galindo compartió este puntual retrato de la incursión y desarrollo en la política del ahora acaecido priista, y que consideremos oportuno reproducir.
Por Ernesto Arévalo Galindo
Periódico Pioneros / Marzo 2008
“No me escondo de nadie, ni tampoco tengo un lugar en donde desahogar mis penas”, Germán García Padilla.
Su amigo Raúl Rivero Brito, le abrió el camino de la política. David Gustavo Gutiérrez Ruiz, lo involucró con los protagonistas de la política nacional. El empresario Nassim Joaquín Ibarra, lo proyectó al poder. No olvida a su amigo de la infancia, Mario Villanueva Madrid. Su alumno más avanzado, es Félix González Canto.
Germán García Padilla nació en la ciudad de Chetumal, el 28 de mayo de 1941. A partir de los 18 años de edad, empezó a escribir su propia historia, dentro de la sociedad y el quehacer político quintanarroense, en la Isla de Cozumel. Por esta tierra, profesa un gran amor y agradecimiento; mientras que su esposa, hijos, nietos y amigos, son su gran fortaleza de vida.
¿Por qué su amor y decisión de vivir en Cozumel, a pesar de haber nacido en Chetumal?
Sus abuelos (Manuel García y Salomé Martín) y sus padres (Juan García Martín y Lucy Padilla Vadillo) nacieron en la también llamada Isla de las Golondrinas, bautizada así por los mayas; motivo por el cual, desde los primeros años de su infancia siempre tuvo como punto de referencia – en las pláticas familiares y de amigos – a Cozumel.
“Mucha gente nacida en Cozumel, echó raíces en Chetumal”, expresa Germán García con añoranza, recordando a las familias Villanueva, Martín, Zetina, Padrón y Azueta, por mencionar solamente algunas. Su infancia y entrada a la adolescencia, estuvo marcada por una clara influencia cozumeleña, originando su decisión de echar raíces en la ínsula.
A finales de la década de los años 60, logró ser secretario general del sindicato de taxistas “Adolfo López Mateos”, tomando en cuenta su calidad de socio fundador. Hasta mediados de los 70, se mantuvo en el cargo porque llegó la gran oportunidad de ser el primer presidente municipal constitucional de Cozumel, en el marco del recién nacido Estado Libre y Soberano de Quintana Roo. Nunca lo imaginó, porque tenía listas sus maletas para viajar a la ciudad de México.
CONOCE A DAVID GUSTAVO
Al llegar a esta ínsula del Caribe mexicano para pretender radicar de manera definitiva, García Padilla conoció a su primer gran amigo en la persona de Raúl Rivero Brito; mientras que David Gustavo Gutiérrez Ruiz era nombrado gobernador del entonces Territorio de Quintana Roo. Serían las dos primeras personas, que influirían en un exitoso futuro político, vigente hasta en la actualidad.
En una reunión celebrada en Chetumal, Raúl Rivero presentó a Germán García con David Gustavo Gutiérrez. Eran tiempos de inquietudes, por lograr que Quintana Roo fuera declarado Estado Libre y Soberano, llegando a desempeñar un papel muy importante para tal efecto, el gobernador del Territorio. El reto era mayúsculo, pero la satisfacción de lograrlo quedó perpetuada para toda la vida en las generaciones de quintanarroenses.
Durante aquellos tiempos, Rivero Brito fue nombrado delegado de Gobierno en Cozumel; mientras que García Padilla delegado de Tránsito. El primero conoció a Gutiérrez Ruiz en la casa de la señora Amelia García, quien albergaba a gente de Quintana Roo durante su estancia en el Distrito Federal; lo anterior, mediante el pago de una cuota simbólica.
No olvidar que David Gustavo Gutiérrez Ruiz nació en Tabasco, pero su vida la entregó a Quintana Roo. Algo muy similar a la existencia de Germán García Padilla, quien nació en Chetumal, pero la mayor parte de su vida ha vivido en Cozumel. Ironías o coincidencias de la vida, al unir a dos personajes trascendentales en el quehacer político quintanarroense.
Un día, recuerda Germán García, “me llamó el gobernador para darme la instrucción de que viajara inmediatamente a Chetumal”. La razón; el nombramiento como ayudante personal hasta el grado de organizar la agenda de trabajo no nada más de los compromisos en Quintana Roo, sino también en la capital de la República.
Durante este periodo, García Padilla tuvo la oportunidad de entrar a la residencia oficial de Los Pinos, a la Secretaría de Gobernación, a la Cámara de Diputados y a la de Senadores, entre otros sitios de primera magnitud. “Lo considero un gran privilegio. Además por algo (Raúl Rivero Brito) me acercó a él (David Gustavo Gutiérrez Ruiz)”, destaca.
EL PRESIDENTE MUNICIPAL
Octubre de 1974 significó para Quintana Roo el momento de mayor trascendencia al darse a conocer el decreto – emitido por el entonces Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Luis Echeverría Álvarez – de la creación de una nueva entidad federativa. La sociedad quintanarroense, con sus primeros pasos dados en cuanto a su vocación turística, era reconocida como libre y soberana.
Por su parte, David Gustavo Gutiérrez dejaba de ser el último gobernador del Territorio, para convertirse en el primero provisional del Estado de Quintana Roo, cuya principal misión fue la de convocar a elecciones para designar al primer gobernante constitucional. Una vez concluido su trabajo, sería nombrado líder nacional de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), uno de los principales bastiones políticos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Germán García tenía preparadas sus maletas para acompañarlo, pero el destino de la política lo obligaría a quedarse definitivamente en la tierra que tanto ama y agradece su existencia: Cozumel.
Carlos Namur Aguilar, un hombre honorable, de trabajo y, por ende, muy respetable, era el candidato “natural” a la presidencia municipal de Cozumel; de hecho, todo estaba listo. No se sabe realmente qué sucedió; por qué no aceptó conducir los destinos de un municipio protagonista en materia política, para Quintana Roo.
El tema fue abordado por David Gustavo Gutiérrez Ruiz y otro destacado hombre de negocios y muy respetado: Nassim Joaquín Ibarra. El empresario aconsejó al gobernador provisional impulsar la candidatura de Germán García Padilla, causándole extrañeza al gobernante porque era su ayudante personal y delegado de Tránsito en Cozumel; sin olvidar, el hecho de haber sido secretario general del sindicato de taxistas “Adolfo López Mateos”.
“Yo pienso que no le pareció muy congruente a David Gustavo, pero un día me volvió a llamar para decirme que era el candidato a la alcaldía cozumeleña. Viajé a Chetumal, para entrevistarme con el gobernador provisional, después a la ciudad de Mérida, para comprar mi propaganda política y por último a Cozumel, para iniciar mi campaña. Por momentos pensé que quería alejarme de él, porque yo tenía mis maletas listas para seguirlo en su nueva etapa como líder nacional de la CNOP”, recuerda Germán García.
ASESORIA MORELENSE
Reconoce que haber sido el primer presidente municipal (1975-1978) en la historia política de Cozumel (en la etapa de Quintana Roo como estado), no fue fácil, “porque no teníamos idea de lo que era un ayuntamiento; ni un cabildo; tampoco cómo elaborar las actas, entre otros conceptos de la administración pública”.
Un alcalde de Cuernavaca, Morelos, (de quien no recordó su nombre, pero que conoció en uno de los muchos viajes que hizo a la capital de la República, con David Gustavo Gutiérrez Ruiz), fue quien lo orientó sobre los primeros pasos administrativos.
Al asumir Jesús Martínez Ross la gubernatura del Estado, los quintanarroenses empezaron a tener mejores posiciones en el ámbito público, tomando en cuenta que los foráneos siempre habían sido los privilegiados, a través de los puestos de primer nivel; mientras que los nativos, eran relegados a posiciones de segunda o tercera categoría.
“Salimos bien, a pesar del comienzo duro y del raquítico presupuesto”, así define Germán García Padilla, su primer periodo como presidente municipal de Cozumel.
Fue el principio que lo llegaría a consolidar – durante el transcurso de los años – como uno de los principales patriarcas de la política cozumeleña, aunque a él no le gusta que lo definan así, porque lo considera muy vanidoso. Después de su desempeño como edil, se convirtió en diputado local por la II Legislatura.
Además, de empezar una fuerte relación política con Pedro Joaquín Coldwell.
Germán García opina que uno de los emblemáticos personajes de la política nacional, como lo fue Jesús Reyes Heroles, tuvo mucho que ver en la designación de Pedro Joaquín Coldwell, como candidato del PRI a la gubernatura de Quintana Roo, porque lo apreciaba mucho. “Creo que fue en el teatro ‘El ferrocarrilero’, el destape de Pedro Joaquín, entonces diputado federal. Estuve presente, como diputado local”, menciona.
Durante el sexenio de Pedro Joaquín; García Padilla se desempeñó como director de Seguridad Pública en el Estado. Es el único que ha podido durar en el cargo – y lo presume, en el buen sentido de la palabra – seis años, y poco más de 15 días durante el inicio del gobierno de Miguel Borge Martín, hasta el nombramiento de Narciso Mendoza.
Las siguientes responsabilidades de Germán García Padilla fueron las de subdelegado de Migración y delegado del Fideicomiso Caleta Xel-Ha y del Caribe (Fidecaribe); ambas en Cozumel.
ALCALDE POR SEGUNDA VEZ
Nuevamente el destino de la política, volvería a ubicar a Germán García en los primeros planos de la política, con la llegada de Mario Villanueva Madrid, su amigo de la infancia, a la gubernatura de Quintana Roo. Una vez logrado el acuerdo de todos los sectores del Revolucionario Institucional, sería designado candidato – por segunda ocasión – a la presidencia municipal de Cozumel.
“Mario Villanueva se acordó de su cuate de chamacos”, dice sonriente.
Bajo el lema: “Un cambio con experiencia”, Germán García Padilla involucró a una nueva generación de jóvenes en la política, entre ellos, Víctor Vivas González, Andrés Canul Novelo, Eduardo Novelo López, Ricardo Pech Gómez y Félix González Canto. Este último ocupó la titularidad de la Tesorería Municipal hasta que Mario Villanueva lo nombró director del Instituto de Vivienda de Quintana Roo (Inviqroo).
“Creo que la tormenta política sufrida – a los pocos meses, después del nombramiento – por Félix en Chetumal, le vino a beneficiar porque regresó a la Isla de Cozumel para ocupar la presidencia de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, y después volver aparecer en el plano político como secretario general del ayuntamiento, durante el trienio de Víctor Vivas González. Lo demás, todo el mundo lo sabe”, relata.
Después de cumplir con su segundo periodo como presidente municipal de Cozumel (1993-1996), Germán García fue nombrado delegado de la Administración Portuaria Integral (API). A la llegada de Joaquín Hendricks Díaz, como gobernador, lo corrieron, como él mismo lo expresó; por tal razón, estableció – en el corredor de la avenida 5, entre la Juárez y la calle 2 Norte – una tienda de artesanías. “Vendía ámbar”, recuerda.
“Yo tengo una costumbre muy definida en mi vida. Si dejo una oficina, jamás vuelvo; salvo si soy el jefe”, puntualiza.
Los problemas en la API, obligaron a Joaquín Hendricks a disponer de una persona con experiencia para restablecer la normalidad laboral y operacional. Germán García Padilla regresó a los escenarios del ejercicio público, como se fue; siendo jefe.
No saldría hasta renunciar al cargo, para sumarse a la campaña política de Félix González Canto por la gubernatura de Quintana Roo. Su discípulo más avanzado, empezaba a consolidar una importante trayectoria en la política, a pesar de su juventud. No puede ocultar su orgullo, aunque declara que más bien “todo fue una oportunidad de trabajar en su momento, con muchachos muy competitivos”.
En la actualidad, se desempeña como representante del gobierno del Estado en el municipio de Cozumel.
Germán García Padilla es un hombre de recuerdos; un hombre que se quedó sin patria, también dicho por él mismo, porque sus amigos de Chetumal le reclaman su residencia en Cozumel; por su parte, los cozumeleños asumen la misma actitud, por sus orígenes chetumaleños. “Más bien, he sido un enlace entre políticos chetumaleños y cozumeleños”, explica.
A Mario Villanueva Madrid lo define como un “trofeo” para el sistema político mexicano. Opina que ya debió haber salido de la cárcel, porque como todo ser humano cometió errores, pero también logró muchos aciertos, logrando el cariño y reconocimiento del pueblo quintanarroense.
Habló también del periodo de transición que vivió Cozumel, con el triunfo electoral de Gustavo Ortega Joaquín en 2005, un ex miembro del PRI representando al PAN, por la principal “silla” ubicada en la planta alta del Palacio Municipal.
“Yo creo que tuvo muchas ansias de ser torero, quiso torear en la Plaza México (la de mayor tamaño en el mundo), pero los dueños no le dieron una oportunidad. Pero a pesar de la negativa, triunfó hasta llegar a ser matador, hizo lo que él creyó que estaba bien, pero el público no le otorgó más que una oreja”, refiere.
“Aquí, en Cozumel, vivimos muchos ex presidentes municipales. Yo soy amigo de todos los ciudadanos, con algunos me llevo muy fuerte, pero dentro de un marco de respeto a nuestra propia amistad. No me escondo de nadie, ni tampoco tengo un lugar en donde desahogar mis penas. No tengo por qué asumir actitudes, que nunca han caracterizado a mi persona.
Mi esposa (Siomara García de García) y mis hijos (Juan, Anuar y Salomé) son las piedras angulares de mi vida”, exclama con voz firme y la mano en alto.
A Juan Carlos González Hernández, quien será el nuevo presidente municipal a partir del próximo 10 de abril, le recomienda: “Pensar en Cozumel, en lo particular, y en Quintana Roo, en lo general”. Además defender al máximo el entorno ecológico, revisando todos los programas y proyectos relacionados con el ordenamiento ecológico y territorial, para no seguir dañando más el suelo y el manto freático de la ínsula caribeña.
Germán García Padilla continúa su ejercicio público, siempre involucrado en la política y degustando un buen café con don Nassim Joaquín Ibarra, entre otros buenos amigos, durante la mayor parte de las tardes y noches, en conocido centro comercial del parque “Benito Juárez”. Siempre es directo en su forma de hablar.
(Fotos y texto: Ernesto Arévalo Galindo)