Mérida, Yucatán.- Celebramos el 10 de mayo, Día de la Madre, sin reparar, como muchas otras fiestas nacionales, en su origen, pero también es cierto que no en todos los casos esto se tiene claro de dónde vienen o por qué surgen los festejos.
En el caso de México, lo que es incuestionable, hasta ahora, es que la fecha del festejo se fijó, en 1922, a iniciativa de un periodista: Rafael Alducín, entonces director del periódico Excélsior, propuesta que apoyó en el entonces secretario de Educación, José Vasconcelos.
Pero ¿por qué apoyar una celebración “copiada” de una similar en Estados Unidos? Aquí es donde la historia comienza a ser más intrincada. Muy pocos hablan de las “razones” que Alducín tuvo para lanzar la propuesta, pero la Universidad de Guadalajara (UdeG) tiene una hipótesis:
Cita a la investigadora Martha Acevedo, quien asegura que la semilla de esa “celebración” se remonta a los últimos años de agitación política tras la Revolución Mexicana, cuando, en Yucatán, comenzaron a organizarse, en 1916, grupos de mujeres que apoyaban la planificación familiar.
Como hecho contundente, cita la promulgación de la Ley de Relaciones Familiares que establecía la igualdad entre los cónyuges; ambos podían decidir sobre la educación de los hijos y la administración familiar.
También reconocía los derechos de las mujeres casadas a disponer de sus bienes y se legalizó el divorcio; prácticamente todo lo “impensable” en ese entonces.
Aunque el “nacimiento” del Día de la Madre ocurrió cinco años después, en 1922, asegura que fue precisamente esas nuevas “ideas” las que asustaron a Rafael Alducín, e inició esa campaña para impulsar la figura materna y “contrarrestar las ideas extranjeras”.
¿Por qué “extranjeras”? Porque se creía que las mujeres yucatecas fundamentaban su lucha en las de Margaret Sanger, enfermera y pionera la planificación familiar en Estados Unidos.
Las Madres también ¿vienen de París?
Otro hecho no relacionado, pero relevante es que, desde 1909, en Mérida existe un Monumento a la Madre (a la Maternidad, para ser exactos): se ubicó desde esa fecha en el llamado parque Morelos, a un costado la Iglesia de la Tercera Orden, en el Centro. Sin embargo, el monumento, según otra publicación, data de 1928.
La colocación de esa efigie fue iniciativa de la Liga de Acción Social, que pidió enaltecer la figura de la mujer procreadora con una representación de la original, en París, Francia, obra del escultor Alfred Leonoir.