Por: Adela Mac Swiney González
Gijón, España.- Considerando que la novela negra tiene un gran futuro, el novelista y traductor checo Milos Urban presentó en la XXXII Semana Negra de Gijón su libro “Llegó del mar”, buscando volver a las raíces y evitar demasiados asesinatos sórdidos y tanta sangre. “La novela negra ha llegado a expresar una brutalidad inmensa, creo que esto se podría disminuir y volver de alguna manera a las raíces”, aseguró.
Urban es uno de los escritores checos más sobresalientes en la actualidad y tiene ya varios libros traducidos al español aunque “Llegó del mar” es el primero que trae a España la editorial “Huso”.
En esta novela, una joven no identificada arriba a una playa del sur de Inglaterra, tras lo que parece haber sido una larga travesía a nado, y es incapaz de comunicarse con nadie. Un periodista checo que realiza sus prácticas en un periódico local, y es el único en provocar alguna reacción en la náufraga, acepta ayudar a la policía a resolver el misterio que la rodea.
La identidad de la chica pronto se aclara, pero eso no hace sino aumentar la intriga alrededor de su caso, que pronto deviene en la investigación de un posible crimen, en la que el pasante acabará involucrado más allá de lo que podría resultar aconsejable, tanto profesional como personalmente.
“Llegó del mar” realiza una profunda y bastante cínica disección de la sociedad británica actual con todos los ingredientes de una novela negra, combinados en una novedosa receta que evade todos los arquetipos del género.
“Este libro es un poquito personal, aunque en realidad todos mis libros tienen algo de personal aunque en cada uno de ellos juego con los géneros. La chica que llega del mar simboliza la Inglaterra vieja, rica y aristocrática que para nosotros los europeos pobres del este es un poco inalcanzable”, compartió el escritor.
Agregó que “este libro mío es un poco diferente de los anteriores, yo quería escribir algo diferente, de repente me dejó de gustar como escribía esos libros de novela negra -nosotros le llamamos gótica-, me di cuenta que había demasiados asesinatos, demasiada sangre y lo quise hacer de forma diferente y resultó todo un reto escribir un libro donde se cometía un único crimen”, resaltó.
Para Urban, “con cada libro mío estoy resolviendo un problema personal, un problema mío, pero con una máscara. Si no escribiera me volvería loco y acabaría en un manicomio, es una psicoterapia clara lo de escribir y de hecho, en otros momentos intenté hacer la psicoterapia clínica y me di cuenta que eso no era lo mío, yo necesito escribir”, aseguró.
Insistió en que la novela negra debería volver al estilo Allan Poe. “Se mataba menos pero había un misterio muy grande, podríamos regresar a los orígenes, a las raíces, ahí yo vería un gran camino”, enfatizó.
El escritor checo, quien presentó su libro en la Carpa del Encuentro de la Semana Negra, ubicada en los antiguos astilleros gijoneses, manifestó su entusiasmo de poder compartir con otros colegas y poder intercambiar experiencias de por donde va la novela negra en distintos lugares del mundo.
También confió en poder seguir publicando en español y que se conozca su obra.