Mérida, Yucatán.- Yucatán registró en 2020 niveles de contaminación no vistos en 50 años cuando, en junio, “recibió” la mayor nube de polvos del Sahara no sólo del que los investigadores tienen registro sino de lo que los propios habitantes recuerden.

Y aunque aún falta un tiempo para cerrar el año y para que los científicos determinen, en sus análisis comparativo mensual y anual qué tanto impactó esto en la concentración de contaminantes en el aire, es muy posible que se rompan récords.

Por ejemplo, los expertos equiparan el estar expuesto al aire contaminado con el fumar cigarrillos, a fin de que las personas creen conciencia sobre este problema ambiental; en el caso de Yucatán, se calcula que un habitante -sin importar sexo, edad, ni condición social- “fuma” 140 cigarros al año, según un estudio realizado durante 4 años.

Mira por qué la nube de polvo del Sahara enfrentó a investigadores de la Uady

Pero es muy probable que el promedio llegue a unos 160 cigarrillos en este 2020 si tan sólo duplicamos el valor más alto registrado hasta ahora (julio de 2018) de 22 cigarros al mes, (o sea, 44) que es la cantidad que el comparativo puede alcanzar tras la llegada de “Gozdilla”, nombre con el que, por su tamaño, fue bautizada la pluma del polvo del Sahara que “impactó” en la Península de Yucatán..

Sin bien este dato es mucho menor comparado con grandes ciudades del mundo, como la capital de la República, donde puede ser 10 veces mayor -advierte el maestro Daniel Rosas Sánchez, titular del laboratorio de la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos (RUOA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que funciona en la Facultad de Química de la Uady, sí resulta una llamada de atención.

De hecho, este dato -aclaran el científico- está limitado al área en donde se ubica la “estación Mérida”, es decir, el poniente de la capital yucateca; pero también hay que agregar que esa zona lejana a las fuentes de contaminación como las de mayor circulación de vehículos automotores o industrias, donde es posible que los valores sean mayores.

Recientemente, la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) publicó los resultados de las mediciones que, durante cuatro años, realizó el laboratorio, en una tesis que sustentó la alumna Giovanna Marisol López Palomo, para obtener el grado de licenciada en Química Aplicada.

La investigación recopila las mediciones del material particulado (PM, por sus siglas en inglés) en la estación “Mérida” de la Facultad de Ingeniería Química de la Uady, del 1 de enero de 2017 al 31 de diciembre de 2019 y las gráficas revelan varios “picos”, es decir, valores en los que se rebasaron los límites permisibles en el nivel de este tipo de contaminantes del aire.

Establece, además, que el periodo de mayor concentración de estas partículas suspendidas en el aire (PM10 y PM2.5) es entre abril y agosto, cuando coinciden dos “fuentes” importantes de estos contaminantes: el periodo de “quemas” (abril-mayo) y el arribo del polvo del Sahara (junio-agosto). Las mediciones también determinan que hay dos “momentos” del día en los que se registran las concentraciones máximas: 12:00 im y 21:00 horas (9 de la noche).

Hasta ahora, los resultados de los cálculos anuales de las mediciones de la Uady no rebasan las normas ambientales establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por las de México; sin embargo, hay días en los que se han presentado “picos” que sí superan los niveles tolerables de aire “respirable” y pueden tener impacto en la salud de los meridanos.

En lo que respecta a 2020, Rosas Sánchez, explica que las restricciones por la emergencia sanitaria e incluso los fenómenos meteorológicos extremos (lluvia y huracanes) han frenado el trabajo de recopilación y análisis, por lo que aún no tienen datos actualizados de las mediciones; sin embargo, adelanta que el impacto de “Godzilla” subirá los promedios anuales.

Por lo pronto, dice que, en el caso de la equivalencia de los cigarrillos que uno yucateco cercano a la estación Mérida ha “fumado” involuntariamente, el dato de junio -mes en el que llegó la pluma de polvo del Sahara- de 2020 duplicará o triplicará el más alto en un mes registrado hasta ahora, que fue de julio de 2018 con 22.5 cigarros en promedio.

También en este año, durante la llegada de esa “nube” gigante de golpe se rebasaron por mucho los niveles “permitidos” por la OMS y las normas oficiales mexicanas para concentraciones de partículas PM2.5 Y PM10, lo que activó las alarmas de los científicos, quienes emitieron comunicados para advertir del posibles daños a salud.

¿Qué es el material particulado?

Según cita el estudio publicado por la Uady, el material particulado (PM, por sus siglas en inglés) es una mezcla de sustancias sólidas y líquidas de diferentes tamaños y composición, presentes en el aire, y cuyo origen puede ser natural o antropogénico (por las actividades humanas).

El material particulado con tamaño inferior a 10 micrómetros (PM10) es considerado como fracción respirable, ya que puede ingresar al sistema respiratorio. De este material, la fracción de menor tamaño a los 2.5 micrómetros (PM2.5), conocida como fracción fina, puede penetrar los bronquios, e inclusive llegar a los alvéolos y al torrente sanguíneo . De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el material particulado está asociado con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer .