Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- El uso de algunos productos cosméticos y de cuidado personal, como mascarillas para la cara, pintalabios, cremas faciales, pintauñas, tintes, cremas, laca y espuma para el cabello, podría estar relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar endometrios, concluyó un estudio realizado por por investigadores de la Universidad de Granada y del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, sur español.

Esto debido a la presencia en estos productos de sustancias químicas que son capaces de imitar o bloquear la acción de hormonas, conocidos como disruptores endocrinos.

El estudio, publicado en la revista “Environmental Research”, dentro de un proyecto de investigación denominado EndEA, señala que la endometriosis es una enfermedad ginecológica muy frecuente, y se estima que una de cada 10 mujeres en edad reproductiva podría padecerla.

Se trata de un crecimiento anómalo de tejido endometrial (que en situaciones normales recubre el interior del útero) en distintas regiones del abdomen y la pelvis, provocando un amplio abanico de síntomas tales como intenso dolor crónico en la región pélvica, problemas intestinales e infertilidad, disminuyendo notablemente la calidad de vida de las mujeres que la padecen.

A esto se le suma la dificultad para ser diagnosticada, pues se requiere una intervención quirúrgica para confirmar definitivamente la enfermedad, ocasionando en muchos casos un importante retraso en el diagnóstico, estimado en unos 10 años de media desde la aparición de los síntomas.

Además, la falta de un tratamiento definitivo que cure esta enfermedad la convierte en una enfermedad crónica y ciertamente incapacitante en algunos casos.

Los investigadores responsables de este proyecto, la ginecóloga Olga Ocón del Hospital Universitario San Cecilio de Granada y el profesor de la Universidad de Granada Francisco Artacho, señalaron que “a pesar de que no se conocen con exactitud las causas de su aparición, se sospecha que puedan ser diversas, entre ellas causas genéticas, epigenéticas y ambientales, donde las hormonas parecen jugar un papel clave”.

En este sentido, la presencia de sustancias químicas que son capaces de imitar o bloquear la acción de hormonas (conocidos como disruptores endocrinos), presentes en numerosos productos de consumo diario, podrían estar contribuyendo al incremento de los casos diagnosticados que se están detectando en los últimos años.

De hecho, esto se ha demostrado para otras patologías como el cáncer de mama, la obesidad o la diabetes.

Entre estos disruptores endocrinos se encuentran los parabenos y las benzofenonas, ampliamente usados en la industria de la cosmética y de los productos de cuidado personal y que forman parte del exposoma, nombre que se ha dado al conjunto de factores ambientales no genéticos que contribuyen al riesgo de enfermar.

Los investigadores cuantificaron los niveles internos de parabenos y benzofenonas en un total de 124 mujeres (con y sin endometriosis), procedentes de los hospitales públicos de la ciudad de Granada, además de recoger información detallada sobre la utilización de cosméticos y productos de cuidado personal de cada una de ellas.

Los resultados obtenidos, mostraron una clara asociación entre un mayor uso de diversos tipos de cosméticos (mascarillas, pintalabios, cremas faciales, pedicura, tintes, cremas, laca y espuma para el cabello) y mayores niveles internos de parabenos y benzofenonas.

“Además, observamos que los niveles internos de algunos de estos disruptores endocrinos estaban relacionados con el riesgo de padecer endometriosis”, afirmaron Ocón y Artacho.

(LectorMx)