Mérida, Yucatán.- Para el reconocido poeta y promotor literario Darío Jaramillo Agudelo la mejor forma de acercar los libros a los niños y jóvenes es el libre albedrío, dejarlos a su alcance y que sean ellos y no mediante obligación encuentren el placer que procura la lectura.
El novelista y ensayista de 74 años sugirió a los profesores transmitir el placer de la lectura, leer en voz alta al grupo, enunciar pasajes mágicos, párrafos, para encantarlos, y evitar que sea la comprensión lectora una obligación académica.
El ganador del Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2018) y otros certámenes del género participó en la edición 2022 de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY), cuyos organizadores optaron por hacer de estos encuentros de manera virtual pese a la apertura de los espacios públicos y el semáforo verde de la pandemia.
Señalado como el principal renovador de la poesía amorosa en Colombia, el escritor sugirió dejar los libros a la mano, cerca de potenciales lectores, y contagiar la pasión por la lectura. En ese sentido, recordó que como funcionario gubernamental impulsó un programa de bibliotecas con acervo de editoriales al alcance de la población juvenil.
Recordó que en su infancia su padre lo encantó con narraciones de un hombre que pelea con los molinos de viento, de una lámpara de aceite que contenía un genio, de un aventurero que va al país de los gigantes y de los enanos, de un flautista que encantaba ratones y de otras historias que alimentaban la imaginación.
De la misma manera hay que incitar a los nuevos lectores, sugirió el gestor cultural colombiano, durante su participación en el foro denominado El Encuentro de Promotores de Lectura: El lector en busca de Utopías, organizado dentro de la FILEY por la Fundación SM de proyectos educativos y la Universidad Autónoma de Yucatán.
El poeta fijó su decálogo de títulos recomendados: la recopilación de cuentos árabes “Las mil y una noches”, “Los Cuentos de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer; “Decamerón”, de Giovanni Boccaccio; “Don Quijote de La Mancha”, de Miguel de Cervantes Saavedra, y “David Copperfield”, de Charles Dickens.
Completan: “Tom Jones”, de Henry Fielding; “Ana Karenina”, de León Tolstoi; “Los Miserables”, de Víctor Hugo –la mejor novela después de Don Quijote, dijo–; “La Cartuja de Parma”, de Stendhal, y “Los Hermanos Karamazov”, de Fiódor Dostoyevski.
Reconoció que es difícil dejar de lado libros de grandes autores griegos como “La Iliada” de Homero, los pensamientos de Séneca y otros, así como libros religiosos como La Biblia y Confucio y por supuesto las grandes novelas latinoamericanas “Pedro Páramo” de Juan Rulfo y “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez, entre muchas otras.
En el conversatorio, participó una de las más importante promotoras de la lectura, particularmente de Don Quijote de la Mancha, la española Inmaculada de la Cruz, quien se reiteró convencida del poder de fascinación que tiene el caballero andante y todos los personajes de la novela de Cervantes Saavedra.
En El Quijote, que calificó como “la madre de todas las novelas”, existe una amplia galería de 650 personajes, que describen el mundo del siglo XVII con todos sus problemas, vicios y virtudes, que reflejan en esencia aunque de forma distinta nuestra realidad actual.
Indicó que ninguna película ha podido proyectar los sueños, la utopía del caballero andante, de ahí que cada lector se apropia a su manera de Don Quijote y cada uno de los personajes, y es cuando el autor del libro, dijo, “importa un rábano”.
Inmaculada de la Cruz resaltó en la novela la descripción de 52 personajes mujeres, cada una con su historia, de todas las clases sociales, aristócratas, prostitutas, judías, cristianas, analfabetas, y en particular ensalzó la figura de Marcela, cuyo parlamento es una alusión a la libertad hoy tan vigente.
También enmarcó el personaje de Dulcinea que prácticamente obliga a su búsqueda en toda la novela de Cervantes, la cual sólo trasciende en el pensamiento, en los sueños del caballero andante.
Inmaculada de la Cruz es responsable del programa “La vuelta al mundo en 80 libros” que transmite la Radio Televisión Española en la que siempre lee un fragmento de Don Quijote como parte del fomento a la lectura.
(LectorMx)