Mérida, Yucatán.- La presencia del pez león en el golfo de México y el caribe mexicano será cada vez mayor en los próximos años debido al cambio climático.
Es reflexión del director del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Mérida, Víctor Vidal Martínez, quien explicó que ese animal marino se adapta de manera rápida al aumento de la temperatura.
Con ello, auguró que será más notable el impacto de depredación en contra de las especies nativas del litoral de México.
Las poblaciones de pez león (Pterois volitans y Pterois miles) se han expandido a partir de la década de los ochenta desde el Golfo de México hacia diversas regiones como amenaza ambiental para los ecosistemas.
Actualmente es posible encontrar a este ejemplar en gran parte de los arrecifes del Golfo de México y del caribe mexicano y se espera que su distribución geográfica a nivel mundial aumente a causa de los trastornos del clima.
El pez león –dijo el entrevistado– no sólo puede adaptarse a diversos ambientes marinos y competir por alimento o sitios de refugio con especies nativas, sino que a mayor calentamiento del agua su metabolismo se acelera, al igual que su capacidad de reproducirse.
Teniendo esto en cuenta, el investigador encabezó un estudio en el que se evaluó, bajo dos escenarios de cambio climático (para 2040-2050 y 2090-2100), si el incremento global de la temperatura podría influir en la distribución geográfica de las poblaciones del pez león, en diferentes regiones como el Caribe, África, el Mediterráneo y el Indopacífico.
“Encontramos que en el escenario de calentamiento intermedio (aumento de 2.5 grados Celsius) estas especies podrían expandirse en las zonas de mares templados, por ejemplo, a las costas de Francia, Reino Unido, Uruguay, Sudáfrica y Nueva Zelanda, entre otras regiones”, abundó.
Mientras que en el más cálido (incremento de 4.3 grados Celsius), las latitudes tropicales pueden volverse menos adecuadas para el pez león, porque se alcanzaría el límite de temperatura al cual logra adaptarse, particularmente en la región del Indopacífico, una de las áreas naturales de distribución.
Si el calor sigue en aumento y llega a niveles más allá de los proyectados en el escenario extremo, probablemente el pez león no sobreviva, pero tampoco otras especies, incluidas algunas de valor comercial como los meros, los pargos o los camarones.
Entonces, agregó el investigador, como el pez león funcionó bien como modelo para proyectar la distribución de las especies conforme el aumento de la temperatura sería factible realizar este tipo de estudios con diversos organismos marinos a fin de ubicar su límite y prever el declive de sus poblaciones, así como los impactos ecológicos.
Vidal Martínez remarcó que “los resultados también son útiles para orientar esfuerzos en ciertas zonas e impulsar la pesquería y el consumo del pez león, esto como una forma de limitar sus poblaciones y evitar que especies de importancia comercial sean depredadas o las nativas sean eliminadas”.
Proyectar la distribución del pez león para 2040-2050 y 2090-2100, conforme el aumento de la temperatura requirió, primero, obtener información de las condiciones ambientales a las cuales están y podrían quedar expuestas sus poblaciones, esto fue posible al recabar datos de la plataforma Bio-Oracle.
Para obtener información de la distribución del pez león se consultaron plataformas como Global Biodiversity Information Facility (GBIF) y Ocean Biogeographic Information System (OBIS), que incluyen datos de la presencia de este organismo tanto en áreas nativas como invadidas.
Después, la información acerca de la presencia actual de las poblaciones del pez león fue trasladada al programa llamado MaxEnt, el cual permite generar mapas de la distribución potencial de especies con base en las características ambientales de los lugares en los que viven; es decir, el programa busca sitios en donde existen o existirán condiciones similares.
La predicción de los cambios en las condiciones ambientales y la distribución del pez león, debido al aumento de la temperatura, se enmarcó en dos modelos generados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), conocidos como Trayectorias de Concentración Representativas 4.5 y 8.5, basados en la cantidad de gases de efecto invernadero emitida a futuro y si son o no contempladas medidas de mitigación.
Así, MaxEnt pudo pronosticar cómo cambiaría la distribución geográfica del pez león bajo diferentes condiciones ambientales, en un escenario de calentamiento global intermedio, en el que se estabiliza la emisión de los gases de efecto invernadero, y otro extremo, que no contempla políticas de mitigación, y con ello afecta la posible distribución de las poblaciones del pez león con el incremento de la temperatura.
“Describir las condiciones ambientales donde el pez león podría habitar es una herramienta útil para tratar de contener su invasión”, puntualizó.
Sin embargo, es necesario implementar un programa de monitoreo global de la distribución de estos peces, en especial en la península de Yucatán y en el caribe mexicano con el objetivo de conocer el efecto de su invasión sobre la biodiversidad de la zona, resaltó el titular del Cinvestav-Mérida.
También participaron por parte del Cinvestav Mérida, Karla Loya Cancino, estudiante de maestría, y los investigadores, Carlos Ibarra Cerdeña e Iván Velázquez Abunader; además de Luis Ángeles González y Carlos Yáñez Arenas, ambos de la UNAM; así como Alfonso Aguilar Perera, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
(LectorMx)