Mérida, Yucatán.- Un alto representante de una organización defensora de los niños y adolescentes, con sede en Suiza, criticó al Gobierno de Estados Unidos por separar a niños de sus padres migrantes, lo que es atentatorio a los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Cedric Foussard, de la organización Tierra de Hombres (TDH) –la mayor organización de asistencia a la niñez en situaciones de crisis humanitaria–, cuestionó la política migratoria de Washington porque separa a los hijos de sus padres y los encarcela.
“El problema es que Estados Unidos no ha suscrito la convención, por lo que no comparte las mismas reglas internacionales que garantizan la protección y derechos de los infantes”, explicó el activista en entrevista durante los trabajos preparatorios al Congreso Mundial sobre Justicia para Niños, Niñas y Adolescentes.
De acuerdo con información de la cadena BBC Mundo, el Gobierno de EU reconoció haber separado a julio de 2018 un total de dos mil 531 niños de sus padres en la frontera, aunque posteriormente dichas familias fueron reunificadas, excepto unos 400 infantes que quedaron, según la fuente, en la orfandad.
Como activista y presidente de la organización TDH, que en 2018 brindó apoyo a más de 40 millones de niños en 45 países en temas de migración, planteó que las organizaciones sociales en Estados Unidos tienen un papel importante que desarrollar.
En la capital yucateca, refirió que el mecanismo de la Convención sobre los Derechos del Niño puede constituir una base de apoyo a las organizaciones sociales para influir en las decisiones de gobierno que ocupa la Casa Blanca, particularmente en los temas de migración.
Foussard reconoció que esta tendencia a migrar es creciente dado que la gente no tiene las condiciones necesarias para vivir; de ahí que cada país debe asegurar los medios para atender a su población.
El visitante forma parte del grupo de trabajo que se reunió en el contexto del Congreso Mundial sobre la Justicia para Niños, Niñas y Adolescentes que tuvo lugar en la sede de la Unesco en París, Francia, en mayo de 2018.
(Jesús Mejía)