Por Jesús Mejía
Año de 2016
en la Mérida blanca y su panteón general
dicen que los muertos no saben de clases sociales
pero eso no es verdad
a tres metros bajo tierra
yacen los políticos sin par
los pobres en sus criptas
y los ricos en mausoleos sin igual.
Dicen que murió de un síncope cardiaco
Cuando Alfredo Dájer vio a la Xtabay
Otras lenguas dicen: na, no es cierto
falleció por el recorte presupuestal
A Víctor Caballero
Lo velan los maestros
Y los estudiantes pusieron en su tumba
un balón y un techo
En su caja mortuoria se encuentra
El que era de la Sedesol
Dicen que murió de los pulmones
Estufa ecológica no alcanzó.
Allá en el rincón del camposanto
Yacen los restos del Bylly, el del Volante
Mientras cien choferes de Uber
Lo despiden con canciones de Vicente Fernández
Dicen que ven pasar la llorona
Por diversos rumbos de la ciudad
Seguro es el ánima de Saidén
Presumiendo su Escudo Yucatán
En la rotonda de los hombres del PAN
Se encuentran los restos de Vila
también los de Renán y Raúl Paz
que murieron por estar en la grilla
en vez de buscar la unidad
se juntaron como perros y gatos
Y dejaron al partido en ruindad.
Las ánimas del PRI gritan los nombres
Del sucesor de Zapata Bello
Aún no hay un claro prospecto
Y menos que sea bello
Ahí en el hoyo quedó
Apenas si cupo el enorme bigotón
Ramírez Marín se atragantó
Con un hueso de gobernador.
Piden las dolientes del Paseo Verde
que el alma de Pablo Gamboa descanse en paz
Que se conforme con su curul
Que no busque las influencias de su padre
Para salir del ataúd
Y quiera ser gobernador de la entidad.
Felipe Cervera
Es otro que quería ser gobernador
¡Ay mis hijos! Gime el alma de don Víctor
Pues de aspirantes ¡ya hay un montón!
Cuando muera Donald Trump
Quiero que lo entierren boca abajo
Por si se quiere salir
Que se vaya más pa´ bajo.