Mérida, Yucatán.- Más conocido en los suburbios, bares, fiestas de quinceañeras y en reductos del jazz, el saxofón encontró, por fin, un sitio como un instrumento solista en alternancia con la Orquesta Sinfónica de Yucatán, en el estreno en esta ciudad del Concierto No. 1 para Saxofón de Pierre Max Dubois.

El brasileño Lanfranco Marcelletti, en calidad de director huésped, y el veracruzano Abel Pérez, en plan de solista, desplegaron el sonido del sax y los acordes de la orquesta en todo el teatro José Peón Contreras y, el público, cautivado, impresionado por la sorpresa musical, expresó su reconocimiento.

Abel Pérez, quien en días pasado calificó al saxofón como el “patito feo” de los instrumentos de una orquesta, ya que además de que no existe el cargo de músico de sax, muy pocas veces es incluido como concertista, mostró sus cualidades que le señalan como uno de los mejores intérpretes del país.

El solista desarrolló en 17 minutos, de principio a fin, los tres movimientos de la obra escrita en la tradicional forma sonata: un lento inicial que se convirtió el allegro, un lento nostálgico o sarabanda y el final, un allegretto.

La obra compuesta por Max Dubois, compositor francés que dedicó gran parte de su repertorio a ese instrumento, de tal forma que creó otro concierto, cuartetos y otras partituras, contiene atisbos de jazz, pasajes propios de la música contemporánea yn un solo en el segundo tiempo que impresionó al pública de sobremanera.

Formado en conservatorio y en la orquesta Sinfónica de Xalapa, Abel Pérez dejó una grata impresión entre el público yucateco, que reconoció su dominio técnico, claridad de sus notas y una armonía notal entre ellas.

Lanfranco Marcelletti, reputado director de orquesta de origen brasileño, actual titular de la Sinfónica de Xalapa, con estudios en el Conservatorio de Pernambuco en su natal Brasil, en la Universidad de Yale y en la Escuela de Música de Viena, mostró cualidades que permitieron a la orquesta ganar mayor brillo, coordinación y musicalidad en sus interpretaciones.

El músico invitado es de los pocos directores de orquesta que explica a los músicos el contexto histórico y cultural de las obras, además de la simple lectura de la partitura. Antes del concierto, hizo lo propio ante el público al destacar la importancia de las obras que integraron el quinto programa de la actual temporada de la OSY.

En la parte inicial, la OSY interpretó con gran brillantez y colosal explosión de sonidos de alientos metales y percusiones la Obertura de la ópera Semiramis, la última de sus obras del género creadas por el compositor italiano, Gioachino Rossini.

En la parte final, la OSY fue bien conducida en la presentación de la Tercera Sinfonía “Escocesa” de Felix Mendelssohn Bartholdy, que tuvo de todo en lo romántico y clásico, menos de escocés, salvo el nombre.

La OSY entra a una pausa en el ambiente musical de la ciudad de Mérida, que dará lugar a las fiestas del Carnaval 2017. La orquesta retornará el diez y 12 de marzo con el Concierto para flauta y arpa de Mozart y la Serenata No. 1 de Brahms.

 (Jesús Mejía)