Mérida, Yucatán.- Llorando, 3 niños literalmente saltaron el cadáver de su madre que yacía sobre la terraza de una vivienda en Mérida y no pudieron evitar llenarse de sangre la suela de los zapatos

La mujer, de 42 años de edad, regresaba a su casa, ubicada en el fraccionamiento San Luis, cerca del Centro Médico “Ignacio García Téllez” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), conocido popularmente como “T-1”, cuando 2 hombres la sometieron para acuchillarla.

Una de las cuchilladas cortó la vena aorta, y en pocos minutos perdió tal cantidad de sangre que falleció ahí mismo. En realidad, toda la familia de Emma Gabriela Molina Canto murió un poco aquella tarde del 27 de marzo de 2017.

Ligia Canto, madre de la víctima, describió -apenas en febrero pasado- la escena de los zapatos manchados de sangre, y contó cómo, casi en vilo, había sacado a sus nietos Mariana, Martín e Isabella, esa tarde, poco tiempo después de que mataran a Emma Gabriela.

La descripción de la atribulada madre ocurrió durante el juicio oral contra los 2 asesinos materiales, a quienes un tribunal declaró culpables, el pasado 22 de marzo de 2018; La audiencia de sentencia, es decir, en la que conocerán la pena por su crimen está programada para este miércoles 28.

Ligia declaró que una vecina de su hija le llamó para darle la inesperada y triste noticia; como pudo, llegó hasta el sitio de la tragedia y la imagen primera fueron patrullas que protegían el lugar donde yacía el cadáver de su hija, a quien, en vida, le habían negado esa protección.

Lo prioritario, entonces, era sacar a sus nietos de ahí, para evitarles más dolor; por eso, cuando salieron a la terraza literalmente brincaron el cuerpo inerte en medio del charco de sangre que, con el pasar de los días, se volvió un mar de lágrimas.

La noticia rebasó las fronteras no sólo porque se trataba de un artero crimen sino porque Emma Gabriela ya era conocida por su lucha para recuperar a sus hijos de manos de su exesposo, Alberto Medina Sonda, “famoso” por estar relacionado con quien fuera gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, acusado de corrupción.

Una flor, zapatos de tacón y… un cadáver sobre la carretera, en el Día del Amor y la Amistad

El tiempo también colocó crimen como uno de los más sonados en Yucatán, tras el de Flora Ileana Abraham Mafud, joven descendiente de una de las familias de empresarios con mayor poder en Yucatán, y arrojó luz, aunque turbia por tratarse de crímenes, a otros asesinatos de mujeres que se sucedieron.

Tan en así que, al poco tiempo, un grupo de activistas pidió al Gobierno federal declarar la “Alerta de Género” en Yucatán. Por si fuera poco, el día que se daba a conocer el inicio de la lucha para pedir la declaratoria se conoció el triste final de otra historia: un hombre asesinó a su expareja en plena Plaza Fiesta.

Así, de regreso a la historia, aunque estaba preso, Medina Sonda, ayudado por sus relaciones con la clase política, mantuvo una prolongada presión contra Emma Gabriela por la custodia de los hijos que procrearon, tras casarse en 2001.

Emma Molina Canto y Alberto Medina Sonda, 10 años de ‘divorcio’ en 2018

La vida en matrimonio de Emma Molina y Alberto Medina duró apenas 7 años, pues en 2008, según narró en una entrevista televisiva la propia Emma, cansada de los maltratos físicos hacia ella y hacia 2 de sus hijos, ella se separó de su esposo; dejó la casa familiar, en Tabasco, para regresar a Mérida.

Dos años después, la joven madre le pidió a Alberto el divorcio; en el “tira y afloja”, -según el testimonio público de Emma Gabriela- el empresario contrató abogados para que le “fabricaran” delitos contra su exesposa y así ganar la custodia de sus hijos.

En vísperas de cumplirse un año del feminicidio de Emma Gabriel, mata a su mujer en Mérida

La acusación penal por robo de una camioneta dio resultados: el 25 de mayo de 2012, policías de Tabasco detuvieron en Mérida a Emma Gabriela. Pistola en mano -narra la mujer, en la entrevista de televisión, publicada en YouTube– que Medina Sonda bajó a sus 3 hijos del vehículo donde la joven los trasladaba precisamente a ver a su padre al Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (Caimede).

Emma contó que Mariana, su hija mayor, iba vestida de princesa para mostrarle a su papá cómo había salido en un festival escolar. También dijo que Medina Sonda le puso a la niña la pistola en la cabeza, para obligarla a salir del auto, porque oponía resistencia.

Finalmente, Alberto Medina se llevó a sus 3 hijos, y Emma Gabriela fue trasladada a Tabasco, donde pasó 4 meses en la cárcel hasta que pudieron comprobar sus inocencia: aunque al salir logró que la Procuraduría de Tabasco la respaldara para ir por sus hijos, quienes vivían en ese Estado, ya no los encontró.

Los reflectores van sobre Emma Gabriela Molina Canto

Ahí se inició el segundo peregrinar de una madre yucateca por sus 3 hijos; ésa fue la historia que involuntariamente le puso los reflectores a Emma Gabriela, y por eso aquella tarde del 27 de marzo de 2017, su cruenta muerte sacudió literalmente medio país.

Ella finalmente recuperó a sus hijos y cuando ya prácticamente había recogido los pedazos de su vida para armarla otra vez, no sin antes padecer otras acusaciones e incluso el arresto de su madre, Ligia Canto, quien era, después de ella, la que más luchó por los niños Medina Molina, la mataron.

Ligia Canto tuvo que asumir la estrategia de una guerra que ya conocía pero en la que fungía como apoyo para su hija Emma. Por eso fue llamada a declarar en febrero de 2018 y tuvo que enfrentar a los asesinos materiales de su hija, en el Tribunal Segundo de Juicio Oral.

Una crónica publicada en redes sociales narra que en la sala se hizo un silencia sepulcral cuando doña Ligia entró para contar lo que ella vio en lo que fueron las últimas horas de la vida de su hija y las horas siguientes de la tragedia.

Habló, entre sollozos que por ratos era llanto, frente a Jonathan Mézquita Avalos y Óscar López Tovilla, los sicarios que mataron a su hija. Esos mismos que, unas 2 horas antes del crimen, habían “colgado” en Facebook un video en donde presumían “su vida loca” de diversión y despilfarro en Mérida.

 

En las imágenes, uno de ellos le dice a sus “espectadores” que “primero Dios”, si todo lo sale bien, él ya no volverá a su natal Tabasco, porque  “ya estoy bien parado” con los “altos mandos”.

Cumplió su “promesa”: nunca volvió a Tabasco… pero porque sus planes le fallaron y fue detenido la misma tarde en que cometió en crimen, en Mérida, y desde entonces permaneció encerrado mientras se desarrollaba el juicio oral que se le sigue junto con Óscar López.

Tejen la red que “atrapó” a Alberto Medina Sonda, acusado de matar a su exesposa

Con los testimonios de los asesinos materiales, se fue tejiendo la red que, cuando menos en la acusación penal, llegó hasta Medina Sonda, acusado de ser el autor intelectural; el 6 de abril de 2017, la policía detuvo a César Reyes Barrueta, quien confesó que el exasesor del gobierno de Andrés Granier lo había contratado para matar a Emma Gabriela.

Pero el testimonio “clave” fue sin duda el del “Huero”, un extaxista que conoció a Medina Sonda en la Ciudad de México y quien, como testigo protegido, contó que con el tiempo se volvió un amigo cercano del tabasqueño.

Esa “amistad” lo llevó a “hacerle favores” personales a Medina Sonda, uno de los cuales fue mover todo para que los sicarios llegaran hasta Emma Gabriela y consumaran el crimen. Supuestamente desde la cárcel, mientras se le seguía un proceso por el desvió de dinero público en Tabasco -delito por el que fue sentenciado a pasar 12.5 años en la cárcel-, Medina Sonda orquestó el asesinato.

Pero él no ha sido juzgado…

Tampoco han concluido los procesos penales contra el “Cachorro” y el “Huero…

Los que sí están condenados, Óscar López y Jonathan Mézquita, pueden pasar en la cárcel lo que les queda de vida si este miércoles 28 de marzo, se les dictan las condenadas “esperadas” de más de 40 años de encierro.

Así, cuando a los 2 asesinos materiales se les dicte condena por el asesinato de Emma Gabriela Molina Canto, habrán pasado casi 366 días desde que acuchillaron a la joven madre, y a quien literalmente dejaron en medio de un charco de sangre…

Vaya paradoja, porque los sicarios necesitaron precisamente de mucha sangre fría, aunque de ésta nunca se derramó una sola gota…