Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- La organización ecologista Greenpeace pidió a los ayuntamientos españoles que habiliten más espacio en las calles para peatones, ciclistas y autobuses a fin de mantener la distancia de seguridad ante la crisis sanitaria por el coronavirus Covid-19.

Para Greenpeace, estas son las claves que los ayuntamientos deben tener en cuenta para poder garantizar la movilidad cuando comience el fin del confinamiento.

Para ello, apuntó, es necesario modificar el diseño de las calles y tener una planificación basada en las necesidades de todas las personas y no solo de las que se mueven en coche.

La organización se suma así a los técnicos, expertos, colectivos sociales y a la ciudadanía que ya están solicitando cambios urgentes en el espacio urbano de España, siguiendo la estela de otras ciudades en todo el mundo que están apostando por soluciones de urbanismo táctico.

En especial, destacan las medidas relativas a ampliar de manera provisional la superficie peatonal para garantizar el espacio entre las personas transeúntes, ya sea peatonalizando calles completas o extendiendo las aceras mediante vallas sobre la calzada.

También destacan las soluciones para animar a usar la bicicleta en trayectos urbanos, implantando carriles bici “rápidos” en las grandes avenidas, empleando para ello parte del espacio antes dedicado a los coches, una medida que debe hacerse extensiva al transporte público, que se verá muy afectado por la pérdida de ingresos y las restricciones de aforo.

La organización ecologista destacó el papel del tren, metro y autobús como servicios esenciales durante la pandemia.

El responsable de movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández, afirmó que “este conjunto de medidas se pueden implantar de manera rápida y a coste muy reducido, ya que se emplean vallas, señales y pintura sin necesidad de obras de construcción”.

Estos planes pueden complementarse con medidas de gestión, como, por ejemplo, modificando la programación de los semáforos para evitar la acumulación de grupos numerosos de peatones esperando para cruzar, agregó.

De cara a la desescalada, Greenpeace recordó a los ayuntamientos que tienen la responsabilidad de garantizar un espacio público seguro y suficiente para evitar un repunte en los contagios y, no menos grave, frenar los atascos y la contaminación derivados del incremento en el uso del automóvil cuando se recupere la actividad.

La organización ecologista demandó que las futuras ciudades mantengan esta estructura, que contribuye a reducir las emisiones contaminantes y, por tanto, luchar contra los efectos del cambio climático y prevenir problemas de salud.