Mérida, Yucatán.- En la costa norte de Yucatán está aún en pie parte de la única fortificación contra ataques filibusteros, construida en el siglo XVIII, en todo el Caribe mexicano, pero los “ataques” de modernos “piratas” –volqueteros- que buscan piedras para la construcción está acabando con ellas.
Pero los “saqueadores” ignoran que lo que se están llevando no son piedras sino el cimiento de la historia de las barreras para la defensa no sólo de la costas del Estado sino de la capital yucateca, fundada en 1542, cuya relativa lejanía del mar no era impedimento para que piratas franceses, ingleses y holandeses arribaran en busca de bienes y mujeres.
En un video publicado en sus redes sociales, el historiador Sergio Grosejan Abimerhi denuncia el robo del material pétreo que, de acuerdo con el también historiador Jorge Victoria –quien se ha dedicado a estudio de la estructuras que irremediablemente están desapareciendo- integraron varías líneas de defensa contra los avances filibusteros.
Según Victoria Ojeda, las líneas de defensa fueron construidas a finales del siglo XVIII y de ellas dan cuenta unos planos que datan de 1721, realizados por el gobernador Antonio de Lotaire, durante una vista a la zona, ubicada en Chicxulub, comisaría de Progreso.
El historiador asegura que han hecho contacto con el actual gobierno municipal de Progreso –cuyo presidente Julián Zacarías Curi está en licencia temporal- para solicitarles el rescate del patrimonio en cuestión, pero que no han obtenido respuesta.
En un recorrido por el lugar, Grosjean Abimerhi muestra la destrucción de las llamadas “Trincheras de Chicxulub” y hace un llamado a las autoridades de los tres niveles de Gobierno para frenar el saqueo, rescatar el sitio y preservar el patrimonio cultural, que no sólo pertenece a los yucatecos sino a todos los mexicanos.
El también espeleobuzo explica en otro video que las fortificaciones de Chicxulub son parte de un sistema antidefensa complejo que también existía en la capital yucateca; menciona que el arco de San Juan es una estructura que se proyectó no sólo como señal de entrada y salida de la ciudad sino para que, en sus costados, se construyera un barda para “encerrar” la ciudad.
Recuerda, también, la Ciudadela de San Benito, con murallas y seis baluartes, en cuyo interior había un convento franciscano, los pasajes subterráneos -frente a algunos conventos- o el polvorín de Casa Mata, en el oriente de Mérida, como parte de este sistema de contención y seguridad contra ataques de piratas.
(Las fotografías son capturas de pantalla de los videos publicados por Sergio Grosjean Abimerhi)