Mérida, Yucatán.- Pese a su importancia como una de las zonas de monumentos históricos más grandes del país, el Centro Histórico de Mérida está afectado en su imagen por el sistema de transporte, edificios en ruinas y las ocurrencias de residentes de colocar árboles y pintar paredes con motivos que nada tienen que ver con la conservación del entorno arquitectónico.

Luis Jesús Ojeda Godoy, especialista en arquitectura del patrimonio y perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), planteó lo anterior al participar en el VI Simposio de Patrimonio Cultural, en el que criticó la falta de mayor número de acciones para la preservación integral y rehabilitación de inmuebles en deterioro.

El también integrante del Comité Científico de Ciudades y Poblados Históricos del Icomos demandó medidas legales contra los propietarios de inmuebles, muchos de ellos de la época porfirista, ya que se encuentran en abandono, en condiciones lamentables y que representan un peligro para los transeúntes.

Expuso que el Centro Histórico de Mérida es el segundo más extenso de su tipo en el país, ya que consta de 8.7 kilómetros cuadrados de extensión, en la que alberga 659 manzanas con tres mil 9067 inmuebles y 634 monumentos catalogados como históricos por la institución.

Mérida cumple 35 años de haber sido declarada Zona de Monumentos Históricos, junto con el centro histórico de Campeche, y recordó que México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en el número de zonas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO con 34, después de Italia (51), China (50), España (45), Francia (42), Alemania (41) e India (35).
Ojeda Godoy se pronunció por incrementar la cobertura del programa de restauración de fachadas con la incorporación de más trabajadores y la participación de la iniciativa privada en cuanto a la adquisición de inmuebles para su conservación, concepto distinto, dijo, al de reconstrucción.

Expresó su reconocimiento de las autoridades del Ayuntamiento de Mérida por la labor que realizan en conservación del Centro Histórico, pero insistió en la necesidad de adoptar políticas más ambiciosas para ampliar la protección de este patrimonio en beneficio de las futuras generaciones.

El ponente aprovechó la oportunidad para expresar su inconformidad por la plantación de árboles en las aceras del centro de la ciudad, la colocación del parador fotográfico multicolor “Mérida” en la Gran Plaza, así como de las sillas confidentes en la Plaza de Santa Lucía, ya que, apuntó, no corresponden al entorno arquitectónico del centro histórico.

(Jesús Mejía)