Por Víctor Hugo Lizama Morales

Mérida, Yucatán.- Ahora nos enfocamos a un aliado del corazón: “Espino blanco” (Crataegus monogyna). Es una especie de árbol o arbusto espinoso, llamado también Majuelo o Espino albar. Es ideal  en caso de mala circulación, nerviosismo, insomnio, ansiedad, sofocos, vértigo, irritabilidad causada por la menopausia.

Pero también, el espino es indispensable en caso de hipertensión arterial, palpitaciones cardíacas o debilidad cardíaca. Por estos últimos beneficios se le llama “La planta del corazón”.

Los beneficios del espino para el sistema cardiovascular son conocidos desde hace mucho tiempo, y concretamente confirmados por los investigadores.

Por dar un ejemplo, el Ministerio de Sanidad de Alemania hace constar el uso de esta planta en los casos de insuficiencia tanto cardíaca como coronaria y bradicardia (descenso de la frecuencia de contracción cardíaca a 60 latidos por minuto o menos.).

Está considerada como una planta tonicardíaca. Tradicionalmente se utilizaba para favorecer la dilatación de los vasos sanguíneos, para estimular la contracción del corazón y aumentar los aportes energéticos. De esta forma, aporta una mejora de la circulación arterial, al tiempo que actúa contra la angina de pecho. Cuando el corazón no es capaz de proporcionar la suficiente sangre, existe insuficiencia cardíaca congestiva, entonces el espino puede regularla.

Esta planta permite distender y dilatar las arterias coronarias, y actúa como antioxidante, lo que hace bajar el riesgo de degeneración de los vasos sanguíneos.

Resulta muy interesante saber que es útil tanto para la hipertensión (por su capacidad de aumentar el tamaño de los vasos sanguíneos de la periferia corporal) y la hipotensión (por su efecto tónico).

El espino también puede ser de gran ayuda  en la prevención del infarto de miocardio. En casa 14 (calle 60 x 59 y 61 centro de Mérida) existe este producto en forma de cápsulas y su consumo es de 2 de ellas antes de cada comida.

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